Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial
Hace unos días se puso en contacto conmigo una persona cercana al régimen. Consentí darle el teléfono a un miembro de mi equipo para que me llamara y así, saber lo que quería de mí. Me llamó y estuvimos hablando un rato. El hombre estuvo agradable y educado, aunque yo no me fio nada de estas maniobras no obstante le invité a que siguiera nuestra página si quería saber cuál era nuestro parecer en el momento presente sobre el proceso de transición a la democracia.
El Partido del Progreso no actúa
en solitario y vamos con un grupo de formaciones políticas en este sentido.
Este señor quería saber cuál era mi opinión sobre el proceso y que esperaba que
hicieran los funcionarios del régimen y los ciudadanos en general.
Nosotros, el Partido del Progreso
de Guinea Ecuatorial, queremos que se den las condiciones necesarias para
encarar una seria trasformación que nos permita participar abiertamente de un
proceso electoral.
Este ha de ser con garantías, sin
trampas y con el fin último de que sea el conjunto de la sociedad la que
impulse el cambio democrático que necesita nuestra nación.
En mi humilde opinión, lo que han
de hacer los funcionarios del régimen es muy sencillo. Solo han de cumplir con
sus responsabilidades.
El militar ha de estar al
servicio de la Patria y no permitir injerencias extranjeras en un proceso que
ha de implicar, en exclusiva, a los guineanos. Cuidar las fronteras, cumplir
con sus mandatos constitucionales y no permitir que bandas violentas,
organizaciones armadas y gente fuera de la ley secuestren la voluntad del
pueblo de Guinea Ecuatorial.
La Policía ha de velar por que se
cumpla le ley en todo momento. No puede la dictadura perseguir a unos y
consentir a otros. Por eso es muy importante que se dicten normas de obligado
cumplimiento que permitan la actividad de las formaciones políticas que quieran
concurrir a las elecciones.
No se debe parar la
Administración del Estado. Por lo tanto, nosotros insistimos en que ha de
abrirse una línea clara de negociación que permita el que se presenten las
formaciones políticas que lo deseen y no solo aquellas que le guste a la
dictadura. No se pueden bloquear alternativas de manera caprichosa y sectaria
como hasta ahora.
Lo que propone el Partido del
Progreso nunca lo podrá realizar la actual clase gobernante. Nosotros creemos
en la transparencia. Los guineanos han de saber lo que vamos a hacer con sus
vidas. No podemos obligar a nuestros compatriotas a que sean como un rebaño de
la dictadura. Nosotros queremos traer, junto a otras fuerzas políticas, un
modelo social donde la soberanía de la nación sea cosa de todos los habitantes
de Guinea Ecuatorial.
Ahora, más que nunca, toca
cumplir con la ley. Los maestros y profesores, han de dar sus clases. Los
trabajadores de la limpieza han de cumplir con sus responsabilidades; los
médicos y enfermeras, han de cuidar a los enfermos. Nada se tiene que parar.
Los políticos tenemos que establecer unas normas, de obligado cumplimiento,
para desbloquear esta situación anormal y darle la palabra al pueblo de Guinea
Ecuatorial.
Nadie ha de dejar de cumplir con
sus obligaciones. Las madres no pueden abandonar a sus hijos ni los trabajadores
dejar desatendidos sus puestos de trabajo. Tenemos la responsabilidad de
alcanzar la democracia desde la normalidad y el sentido común.
Guinea Ecuatorial no es la finca
particular de nadie. Los hombres y mujeres de nuestro país tienen derecho a prosperar
y a un gobierno decente. Para conseguir que la voz del pueblo se oiga se tiene
que permitir que los ciudadanos puedan elegir a quienes quieren que gobierne el
país. Es sencillo. Basta de falsos paternalismos y de amenazas a los que
quieren cambiar las cosas.
Los guineanos estamos más que
preparados para elegir a nuestros representantes. Hoy más que nunca se hace
necesario que la dictadura se eche a un lado y permita que la democracia sea
una realidad.
No nos va a faltar ayuda de todo
tipo. Las sociedades más avanzadas y civilizadas aplaudirán la decisión de
querer unirnos al conjunto de países democráticos.
Está en nuestras manos. Si
conseguimos superar las actitudes básicas, violentas, descerebradas, corruptas,
propias de analfabetos, habremos dado un gran paso.
Cumplamos con nuestra
responsabilidad y respetemos la voluntad del pueblo de Guinea Ecuatorial.
Podemos hacerlo bien. Hay que intentarlo.