domingo, 10 de julio de 2022

TRANSICION DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA (I)


Redacción El Confidencial 

La transición de la dictadura a la democracia es una etapa, un camino, que debemos andar los guineanos juntos, si queremos inaugurar con éxito un nuevo periodo en libertad, regido por la ley y el derecho, donde no caben ni la arbitrariedad, ni el dominio de unos sobre los otros.  
Como punto de partida es necesario que la mayoría de las personas, los partidos políticos, los agentes sociales y las instituciones, participen de forma activa en este proceso. La sociedad entera debe asumir su propio rol. Debe entender que ha llegado la hora del cambio, un cambio profundo, que suponga el abandono, a todos los niveles, de las formas dictatoriales, para entrar en una nueva era, la de la soberanía popular y la del imperio de la ley. 

Para iniciar este transito es necesario contar con un puñado de hombres y mujeres que estén dispuestos a formar parte de una primera avanzadilla de guineanos con la determinación de convertirse en punta de lanza de un proceso histórico, que no será nada fácil, pues les exigirá grandes sacrificios personales. 
De la misma forma que se consideraron héroes los padres de la independencia del 68, los que nos van a traer la democracia, también serán considerados héroes. Los segundos grandes héroes nacionales. 

Este hito en la historia de nuestra nación nos debe llevar a la verdadera independencia. Ya que teniendo en cuenta la etapa del dominio colonial y las dos tiranías enlazadas (Los 11 años de gobierno absolutista de Macías y los 43 años de dictadura de Obiang)  nuestro pueblo no ha conocido la verdadera libertad. Por tanto, la culminación de la transición, supondrá la liberación definitiva de la opresión para  todos los ecuatoguineanos. 

El Partido del Progreso ha estudiado diferentes transiciones a la democracia en países  muy diferentes (El de la propia España, los de Latinoamérica -Chile- En Asía -Filipinas, Corea del Sur-;en Africa -Sudáfrica-; en la antigua Unión Soviética  y sus países satélites, etc. La experiencia de estos nos enseña que al inicio siempre ha existido un grupo de protagonistas, dispuestos a trabajar por el bien común, por la democratización de su país. Su denominador común es ser hombres y mujeres que antepusieron el interés general al suyo propio. Su grandeza de miras, su generosidad, su capacidad de diálogo y de consenso, han sido sus principales señas de identidad. 

A la luz de la experiencia, hay que convenir que no en todos los casos han salido las cosas tal como las habían diseñado sus impulsores. Ha habido fracasos y sobre todo, procesos híbridos, o a medio camino (democraduras), ejemplo de Rusia. No hay que olvidar que la transición supone un proceso de transformación de las reglas y de los mecanismos de participación y comportamiento, que afectan al ámbito institucional, al político, al económico-social y hasta al nacional-territorial. Esto obliga a que ninguno de los elementos que componen la sociedad puedan quedar al margen de este, por lo que se requerirá un amplio consenso, de las élites, de los estamentos políticos, de los agentes economico-social, de los militares, de la Iglesia y por último, de todo el conjunto de la sociedad. 

Hay que tener en cuenta que la transición es un campo superespecífico de propósitos, que son solo esporádicamente convergentes, y que por tanto, suscitará un lógico clima de esperanza, pero también de incertidumbre, propio de los cambios de régimen. 
El autentico peligro que nos acecha es que cerremos en falso, quizá porque queramos tomar atajos que se nos hacen más cómodos, o que permitamos que elementos del anterior régimen pretendan condicionar el proceso a su favor. Por ese motivo hemos manifestado en muchas ocasiones que el nuevo edificio de la democracia no se puede levantar con los materiales herrumbrosos que hayan pertenecido a la dictadura.
El Partido del Progreso cree que el protagonismo de la oposición exiliada es clave para culminar satisfactoriamente este proceso. El exilio, al menos en su mayoría, no está contaminado por la participación en la dictadura o por la cercanía a la misma. 
La oposición exiliada es la conciencia y el referente democrático para nuestro pueblo. Sobre nosotros recae la responsabilidad de llevar la libertad y la democracia a Guinea Ecuatorial. No defraudemos las expectativas de nuestro pueblo.  

Continuará...