*¿Sirve de algo el
panafricanismo, frente a la globalidad? El mejor panafricanismo es el que nos
lleva a las bodas con la decadencia?
*¿Cabe, en el
panafricanismo, utilizar la razón, la justicia, la reconciliación, para
solventar, con eficacia y durabilidad, la tragedia que en África causa la
violencia de la dictadura?
* La vía institucional (De
la “sin Ley” actual, a la LEY) es el gran reto común de los guineanos (Incluido
el dictador Obiang Nguema Mbasogo y sus apoyos.
ANÁLISIS
Por Severo-Matías MOTO
NSA, Presiente del Gobierno en el Exilio del Partido del Progreso de Guinea
Ecuatorial
Acabamos de abrir las
anchas puertas de la Cuaresma. Los cristiano-católicos, apostólicos romanos, de
cada rincón del mundo, acostumbramos a utilizar la Cuaresma, la Semana Santa y
la Pascua de la Resurrección como tiempo de meditación. La Natividad de Cristo
nos hace saltar a la calle para celebrar la inmensa alegría del comienzo de la
REDENCION; pero la Cuaresma y la Semana Santa nos hacen hundirnos (A través de
los Textos Sagrados) en el tremendo, atronador e inconmensurable misterio
de la culminación de la redención, que comienza, justo, con las
tentaciones del diablo, a JESÚS.
¡Qué burdo atrevimiento!
¡Qué ofuscada osadía, la del diablo!
LA CORRUPCION, GRAN
TENTACION GLOBAL.- Tres tentaciones que se
le vienen planteando al pueblo Guineano, por sus dos dictadores; dos
únicos presidentes idénticos. Macías y Obiang Nguema son esta extraña
representación del espíritu que le ha llevado al pueblo guineano al desierto
del hambre y la aguda necesidad. Y le dicen al pueblo guineano que si cree en
Dios y en la naturaleza, diga que nuestras fincas de cacao, de café, nuestra
yuca, nuestro palmiste y los otros productos agrícolas, origen de nuestra
riqueza y poder económico vuelvan a ser lo que eran, porque sí, y sin
promoción oficial, sin compradores, sin apoyo y refuerzo del Gobierno (como en
la colonia). Todo, a cambio de que adoren al dios Obiang Nguema.
Han llevado a
nuestro pueblo a la montaña del petróleo, del gas, de la madera, de la
abundante pesca, de los inmensos recursos naturales; todos inasequibles y
acaparados por el régimen y sus explotadores extranjeros… Y obliga a nuestro
pueblo a participar en ellos a base de adorar al dios Obiang Nguema.
Finalmente, Obiang Nguema
ha llevado a nuestro pueblo a la alta montaña, donde se divisan las riquezas
económicas, las libertades, la democracia, el desarrollo…; y le exige a nuestro
pueblo a que se hunda primero en la putrefacta CORRUPCIÓN y en los graves vicios
pecaminosos en los que se revuelca él y su régimen, si quiere disfrutar
de todo ello.
Cincuenta años han pasado
y el pueblo guineano, año tras año, década tras década, sometido a las
tentaciones de claudicar a sus profundas convicciones, ha sido capaz de decirle
a Obiang Nguema que, por encima de la CORRUPCÍON y de tanta decadencia y
perversión oficializada, está la dignidad humana, en la que, hace 50 años, la
independencia nos encontró asentados.
(Sé que esta
consideración previa, pertenece más a la predicación de aquellos sacerdotes que
tuvo nuestro país, antes de ser independiente. Ahora no les es posible, ni
permitido, bajo ningún concepto; si no quieren abultar el número de
mártires que ya Macías y Obiang Nguema han sembrado en nuestro suelo patrio…)
¡Qué burdo atrevimiento!
¡Qué ofuscada osadía, pretender hacer que el entero pueblo
guineano, caiga en las tentaciones del “demonio”…!
EL PANAFRICANISMO, VERSUS
GLOBALIDAD.- Daría la sensación
de que el PANAFRICANISMO es la panacea de las soluciones que necesita ejercer,
practicar y asumir el Continente africano, para arrancar y salir de la
esclavitud de las dictaduras que lo recolonizan y esclavizan, y emprender
el camino de la globalidad mundial. Pero más fácil es constatar que el
PANAFRICANISMO (más colgado de la fácil teoría publicitaria que la realidad y
hechos prácticos) está más encaminado a enquistarse, enclaustrarse y refugiarse
en un débil y acomplejado ensimismamiento. En una tautológica reafirmación y
reclusión en la decadencia.
Cinco décadas después de
las independencia de África, los resultados no pueden medirse en la
simple recuperación o recuerdo de los viejos lemas, soflamas y palabrejas
utilizadas por los luchadores por sus independencias, en una insulsa imitación
trasmitida de unos a otros líderes y que tan rápida e inocuamente fueron
enlutados y liquidados por los violentos colonos.
Está más que claro. Desde
que África sucumbió a la conquista, reparto y colonización de Europa (pocos
pueblos, países o continentes, se han zafado de la colonización y conquistas)
lo más importe, al independizarse, no era, ni es vestirse de la cobarde piel de
cebra del africanismo o panafricanismo para, luchar contra lo que de
imparable ha supuesto el paso e invasión de la GLOBALIDAD.
Lo que nos ha venido a
dejar muy claro es que el PANAFRICANISMO se ha convertido –después de los
cincuenta años de independencias- en un ladrido de perro (que no muerde)
dirigido a los que con su TECNICA –que no tiene límites tribales, étnicos,
continentales- siguen conquistando, colonizando y esclavizando el mundo
africano (Añadidos, ahora, los chinos).
Si, en los cincuenta años
de independencia que va a cumplir Guinea Ecuatorial (por ejemplo) en vez de
decretar, por mor del panafricanismo, tanto Macías como Obiang Nguema, el
exterminio del acervo cultural, técnico, profesional y de prestigio que
encontraron en el país; en vez de, como Obiang Nguema Mbasogo, meterse en el
sobaco a los técnicos extranjeros que llegan al país, para aprender de ellos
las técnicas de asesinatos, robo, soborno, tráfico humano y corrupción,
hubieran sabido o querido embarcars a Guinea Ecuatorial en la GLOBALIDAD; 50
años después, no estarían amparándose en el panafricanismo para justificar la
decadencia en la que nos tienen arrinconados, mientras la globalidad se pasea
sobre nosotros llevándose hasta las constantes vitales de nuestro país.
Metidos en nuestro fuero
interno, con nuestra independencia alcanzando sus 50 años, un
nutrido grupo de indígenas de Guinea Ecuatorial, arrebujados en el rugoso
apelativo panafricanista de “equató-r- guineanos”, colgados del poder, a
las órdenes de un dictador, se empeñan en demostrarnos que la violencia (matar,
robar, enviciarse en el delito, empuñar armas y protegerse de las furias del
pueblo) es la más genuina manera de ejercer el panafricanismo.
Y uno se pregunta: ¿Cabe,
en el panafricanismo, utilizar la razón, la justicia, la reconciliación, para
solventar, con eficacia y durabilidad, la tragedia que en África causa la
violencia de la dictadura? ¿Es el panafricanismo, la exclusiva manera de
gobernar un país africano?
LA VIA INSTITUCIONAL, UNA
SABIA ELECCION PARA GUINEA ECUATORIAL.-
La tentación de ejercer la violencia para responder a la violencia que el
régimen panafricanista de Obiang Nguema ejerce sobre Guinea Ecuatorial, ha sido
superada por el pueblo guineo. Los motivos profundos de esa superación
(incluida la imposibilidad de disponer de armas) son varios. Pero quizás el
verdadero salto cualitativo que debería dar ahora el pueblo guineo, es
aferrarse a la VIA INSTITUCIONAL. Nada más serio que burlarse de la violencia
armada con la que defiende la dictadura su panafricanismo, a base de reclamar y
aplicar la salida institucional a la dictadura. La VIA INSTITUCIONAL, no es ni
más ni menos que ATACAR a la violencia armada de la dictadura con la fuerza de
la LEY. La vía institucional, supone utilizar el camino de LEY para borrar las
huellas que en nuestra vida han dejado 50 años de una independencia sin
LEY.
En esta vía institucional,
caben todos los guineo-ecuatorianos. Incluso los “equato-r-guineanos” caben en
ella.
Los diablos de la
violencia, de la destrucción, del atraso y la decadencia, del “panafricanismo”
nos llevan, 50 años empujando a la violencia; exactamente como lo hiciera la
serpiente, con tan triste eficacia, con Adán y Eva (que cayeron, como ha
sucedido con los “equato-r-guineanos...) Como lo hiciera el diablo con Cristo,
en las tres tentaciones (Sin lograrlo, como sucede con los valientes guineos y
el grueso del pueblo de Guinea Ecuatorial)
En estos meses que quedan
antes de culminar los 50 años de independencia, sin libertad, toca al pueblo
guineo, exigir a Obiang Nguema, a su familia, a los conocidos como su
“entorno”, y a los que desde fuera lo jalean y viven de sus robos, que se
sometan a la gran prueba de la VIA INSTITUCIONAL. Nada más limpio, más honesto,
más serio, más claro y sincero… Nada más eficaz que la puesta en acción de una
VIA INSTITUCIONAL, en la que cabemos todos. Hasta los que nos empujan a la
tentación de su violencia.
Alienta saber que el Partido del Progreso ha comenzado a dejar conocer, a algunas Instituciones, el
propósito de sumarse a la VIA INSTITUCIONAL con un documento titulado
genéricamente, “LEY DE TRANSICIÓN”.