FUENTE: http://www.laprovincia.es/opinion/2011/02/10/clave-arabe-internet/352532.html
Internet es un factor que puede contener el integrismo islámico tras la ola de cambios en el mundo árabe; la juventud quiere horizontes de libertad
La olla exprés, y de forma particular, su pitorro, es, probablemente una de las mejores metáforas políticas. Aquellas sociedades comprimidas, sin válvulas de escape, con las libertades limitadas, acaban destrozadas. O chamuscadas por exceso de calentamiento, o víctimas de una explosión. Naturalmente, es importante considerar las circunstancias del entorno. El ejemplo no se puede trasponer sin más a épocas pasadas. El mundo antiguo no puede medirse con los parámetros del mundo contemporáneo. Ni siquiera el modelo es totalmente válido para el análisis sociológico de hace una década. La avalancha de inmigrantes irregulares a Europa en los años 90 y 2000 puso de relieve el impacto de la televisión por satélite en las poblaciones africanas que, hasta ese instante preciso, no tenían constancia de que había otra forma de encarar la vida que no fuera la miseria y la sumisión.
Las imágenes recibidas por rudimentarias parabólicas conectadas a desvencijadas televisiones alimentadas por baterías o por los motores de los camiones pusieron en marcha una revolución de las costumbres. Internet, y más concretamente, la apertura de cibertabernas en los parajes más alejados abrió aún más el campo de visión de las sociedades atrasadas o sometidas a dictaduras mesiánicas o abiertamente cleptómanas. Internet y los móviles ponen de los nervios a los disparatados ayatolás de Irán, a los ladinos jeques árabes, a los regímenes corrompidos como el del tunecino Ben Alí, a la satrapía tardofaraona de Mubarak, al latrocinio de Obiang en Guinea Ecuatorial, por supuesto, al marxismo capitalista de partido único de China, al loquinario y psicópata manicomio de Corea del Norte... A pesar de la evidencia de que toda tiranía tiene fecha de caducidad, unas veces por la presión del pueblo y otras muchas por las luchas fratricidas de las distintas tribus del sistema, la 'sociedad de la comunicación' ayuda a la democracia. La información ya no puede censurarse eficazmente con barreras impermeables. Hoy, todo es permeable, y las noticias circulan a velocidad de tiempo real. Está sucediendo, nos lo están contando, lo estamos viendo. Esta novedad a su vez trabaja en favor del saneamiento del sistema democrático, que tiene sus propios virus intestinos. La gigantesca filtración a través de 'wikileak' pone de manifiesto que nada puede ocultarse hoy día, y en las democracias de opinión pública, la opinión pública no deja impune el engaño si llega a conocerlo, aunque la reacción no sea inmediata.
El mundo árabe está viviendo estas semanas un proceso similar al que vivió la Europa del Este con la implosión de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín. La subida del precio de los alimentos, que puso a una inmensa muchedumbre al borde de la no subsistencia, originó los sucesos de Túnez. La llama pasó por Argelia, donde aún no se ha apagado a pesar de la represión del 'buteflicato'; y llegó a Egipto, impulsando el fin del ciclo de Mubarak, y quizás, si se consuma, nuevo epicentro para próximos terremotos en el feudalismo islámico. Hubo una señal de advertencia en el Sahara, la protesta ciudadana, que fracasó porque fue manipulada por el Frente Polisario y sus asociaciones de amigos; pero aquel campamento en las afueras de El Aaiún fue la punta de un iceberg que se extiende bajo la arena desde el Atlántico a Asia Menor. Las medidas de emergencia, destituciones incluidas, y la peculiaridad institucional marroquí, funcionaron como el pitorro de la olla exprés, pero sigue sin ser suficiente. Hay que culminar las reformas y encontrar una solución para el Sahara aceptada por las partes.
¿Puede producir la ola de cambios un viraje hacia el integrismo como creen los dirigentes iraníes? Es difícil. Precisamente por internet. La imprenta fue clave para la modernización política en Europa después de Lutero; internet será clave para la modernización del espacio árabe. Claro que la contención del imperialismo israelí sería de gran ayuda; y ese factor depende más de EEUU que de la fibra óptica.
