El despegue económico, del continente africano, y en particular el de Guinea Ecuatorial, vendrá paralelo a la implantación de gobiernos democráticos, justos, transparentes y comprometidos, de verdad, con sus pueblos. No existirá, por tanto, desarrollo económico sin antes, la búsqueda de la justicia social, que ha de llevar a orientar los esfuerzos hacia el bien común de todos sus habitantes. La credibilidad y la capacidad de liderazgo de los gobiernos, serán los elementos desencadenantes de dicho proceso.
A diferencia de otros países subdesarrollados, Guinea Ecuatorial cuenta con grandes ingresos provenientes del petróleo y de otras materias primas, que no se están aplicando en la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes. Tanto el Departamento de Estado de los EEUU, como la OCDE y la propia Comunidad Económica Europea, advierten de que el gran incremento de ingresos procedentes del petróleo, en GE, no se ha trasladado a la esfera social, mediante una mejora de las condiciones de vida de la población. Además, el Indice de Desarrollo Humano (IDH), del Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo, sitúa a este país en el puesto 110 (de 162). Es por lo que, la situación de abandono secular de Guinea Ecuatorial, reclama la aplicación de los ingresos del petróleo, tanto a paliar los casos de desigualdad entre sus habitantes, como a sentar las bases de un desarrollo económico, seguro y duradero.
El Gobierno en el Exilio, está convencido de que el modelo económico occidental, basado en la iniciativa privada, (capacidad emprendedora de los individuos), en el libre comercio y en la globalización, sigue siendo válido para sacar de la miseria y del subdesarrollo, en el que se encuentra sumida Guinea Ecuatorial. Por ello, en el llamado "Vademecum", elaborado por este, aparecen detalladas todas las actuaciones que se llevarán a cabo, para el fomento de la actividad económica, que abarcan a todos los sectores de dicha actividad y que se pueden resumir en:
1-Mejora de las infraestructuras, puertos, aeropuertos y red de carreteras.
2-Reordenación del sector maderero; revegetación de especies madereras (selvicultura).
2-Modernización de la flota pesquera y desarrolla de una estructura de comercialización de las capturas.
3-Fomento de la ganadería de carne y leche, así como, de la industria derivada de esta.
4-Mejora del sector agrícola; ampliación de espacios de cultivo, mejora de los cultivos autóctonos, introducción de nuevos cultivos y ayudas a la mecanización.
5-Desarrollo del sector industrial; fomento de la pequeña y mediana empresa.
6-Implantación de cementeras y cerámicas, para el fomento de la construcción.
7-Refinerías e industrias derivadas del petróleo.
8-Instalación de plantas térmicas, para la producción de energía, así como aprovechamiento de las hidroeléctricas.
9-Gran inversión en la formación de las nuevas generaciones y en la capacitación de los trabajadores.
Además de todo esto, el futuro gobierno debe de actuar sobre el comercio, tanto exterior, como interior. Independientemente, de la compra por parte de la Administración, de productos de primera necesidad, para paliar las necesidades alimentícias urgentes, este ha de incidir en la mejora de los mercados y hacer llegar a la población los productos y bienes de consumo, a unos precios al alcance de sus posibilidades económicas. Hay que frenar la especulación, para evitar que un litro de leche, siga costando en Bata, 2,00 €; una bolsa de tostadas, 6,00€; una botella de aceite, 8,00€ y un bote de gel; 5,50€. Con estos precios, es imposible generalizar el consumo entre la población.
Es importante la creación de un marco jurídico, que regule la inversión extranjera, y salvaguarde los derechos de los ciudadanos y las garantías de las empresas inversoras. Junto a este desarrollo jurídico; la seguridad, la transparencia, la seriedad y el rigor del gobierno, serán el mejor estímulo para la captación de capital extranjero y del correspondiente despegue económico de este país.
Juan Cuevas