Como todos ustedes sabrán, puesto que más o menos se han visto en la misma situación que yo, abandoné mi querido país, Guinea Ecuatorial, hace más de 4 décadas, y no lo abandoné por voluntad propia, sino obligada por la situación política y económica que se vivía en aquel momento y que, aunque haya habido un cambio de gobernantes, no ha variado. Era muy joven y no tenía futuro, ni como mujer, ni como ciudadana, además de tener que vivir con el miedo metido en el cuerpo por la represión que nos acogotaba a todos, y más especialmente a las mujeres. Yo y mis hijos hemos tenido que hacer nuestra vida en el exilio, y como yo miles de guineanos.
En el caso de las mujeres, que somos más de mitad de la población, tenemos la responsabilidad de parir y criar a nuestros hijos y a nuestros mayores, y somos las grandes olvidadas en Guinea; en la Guinea de Macías y en la de Obian, Añadida a la miseria y falta de libertad que vive nuestro pueblo, la condición de mujer lleva aparejada en nuestro país más pobreza, mas dificultad de acceso a la educación y muchas menos posibilidades de realización como persona. También luchamos con el dolor de ver que nuestros hijos no tienen futuro en Guinea, de tener que sufrir por su persecución y represión, o por el exilio forzado, en el mejor de los casos, cuando no la cárcel o la desaparición.
El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, no quiere que esa situación de nuestro país se prolongue para ningún ciudadano y nosotras somos ciudadanas, mal que le pese al gobierno. Gobiernos dictatoriales y corruptos que se han apropiado del poder por casi 50 años, más de lo que cualquier pueblo puede aguantar.
Como miembro del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, mi papel es defender y velar por los derechos den todos los guineanos, pero especialmente por los de las mujeres, los jóvenes y niños, de ahí que defienda con ahínco la educación, sin la cual, cualquier cambio sería imposible. Educación pública y gratuita, accesible para todos sin condición de género o nivel económico, como forma de hacer que Guinea Ecuatorial prospere y ocupe el lugar que le corresponde en África y en el mundo.
Esperemos que en un futuro próximo, se pueda establecer una autentica democracia en Guinea Ecuatorial, donde hombres y mujeres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades, donde todos, en pie de igualdad, codo con codo, podamos hacer un país fuerte y libre, del que no haya que emigrar por causas económicas o políticas.
