miércoles, 22 de junio de 2022

NO ES MÁS UTIL EL QUE MÁS CHILLA, SINO EL QUE MÁS TRABAJA


Por Metodio Jose Obama Presidente del Consejo Provincial de Barcelona

Mezquindad, falta de pudor, deslealtad, traición y acciones poco decorosas, es lo que venimos viviendo últimamente, tanto en la clase política guineoecuatoriana, como en el activismo político. Esto se ha vuelto un batiburrillo, una mezcla extraña, confusa y ridícula de gente sin ideas, sin proyectos y sin visión del futuro. Sólo sueñan llegar los primeros, no importa cómo. Audistas que hacen de políticos y políticos que hacen de audistas. Total, una chabacanería impresionante.
No hay elevación. Hay un descuido total en la forma de dirigirse a los demás manifestada en un lenguaje burdo y políticamente incorrecto, jamás visto.
Cábalas, maquinaciones, intrigas y conjeturas están al orden del día. El ostentoso ofuscamiento por apropiarse de la presidencia del país nos ha privado a todos de la razón o conciencia por los principios por los que luchamos. La gresca es impresionante. No paran de llegar audios con griteríos, riñas, discusiones y peleas entre la clase política y audistas, y al pueblo no le interesa estos delirios.
Muy pocos políticos hablan de lo que les gustaría hacer si llegan a gobernar, la mayoría se apuntan a insultar, menoscabar, infamar y desacreditar a los demás.
Audistas que quieren perpetuar el liderazgo en las personas de sus intereses personales, otros u otras que van de partido en partido, otros u otras que dicen no pertenecer a ningún partido, que sólo se limitan al activismo cuando está probado suficientemente que promocionan  a ciertos individuos o ciertos partidos. Total, una promiscuidad política y una ordinariez que nos ha conducido hasta donde estamos hoy. Demasiados hombres y mujeres con tintura política superficial para una cosa tan seria como es lo que afecta a toda una sociedad, a la vida de las personas de todo un pueblo o país. Aquello es una premonición oscura y catastrófica si seguimos por estos derroteros.
Hay una causa justa por la que todos debemos luchar y con un objetivo común, la cual es ver a nuestro pueblo liberado de la dictadura y la opresión y la barbarie. Esta lucha no tiene que limitarse en intereses personales, los objetivos comunes no se consiguen con la arrogancia y la vanidad, porque, recuerden, ésta en un veneno incurable que conduce a la peor de las muertes: la de conciencia.
Debemos ser consciente de que no volvamos a cometer los errores del pasado, porque, si algo tenemos que haber aprendido, es que cuando se apoya ciertas ideas o actitudes ominosos que pueden conducir a la violencia, a la crueldad, al separatismo, al regionalismo, al etnicismo, al clientelismo y al nepotismo, todos acabamos siendo víctimas; esto lo hemos podido comprobar en más de medio siglo de dictadura que llevamos.
Como vengo diciendo, es abominable, excesivo y desproporcionado, y está fuera de lugar esta imagen de políticos y activistas políticos indeseables que muchos hacen gala. El pueblo quiere ver avances, quiere ver a políticos que trabajan para erradicar la oprobiosa dictadura que nos lleva mal gobernando durante años. El pueblo, aunque calladito, otea, examina con cautela cada político o audista que vaya a montar cualquier operación propagandística preparada para presentar con ostentación a una persona o cosa que no cumple las expectativas prometidas. Persona o cosa que decepciona después de haber aparentado tener mucho prestigio o haber creado grandes expectativas.
Dejemos de distracciones, dejemos de no mirar ni ver mas allá de nuestra propia realidad, hagámoslo por nuestro pueblo, por aquellos que han muerto por la causa, por las generaciones futuras, por lo que mas queremos en esta vida.
La política es para gente de bien, para gente noble, para gente que sueñan con grandes cosas y también sueñan con dejar buenos recuerdos en su paso por esta vida. No es para aventureras ni para aventureros, tampoco para personas con actitudes, ideas o intenciones firmes a pesar de estar equivocadas. Un político tiene que ser humilde, tiene que saber escuchar, tiene que comportarse con sencillez y naturalidad, no desviarse de forma sistemática de la lógica y la razón. El carácter, las acciones y la forma de ser de un buen político tiene que ser de acendrado y gran finura, sobre todo cuando uno se coloca o se vende como una alternativa a la actual dictadura.
Decía Winston Churchill que el precio de la grandeza es la responsabilidad, por lo tanto, es la responsabilidad de todos los que queremos ver a nuestro país libre de la dictadura, chillar menos, insultar menos, obstaculizar menos y trabajar más.