Un rebaño pedegistas, con la esfinge de Obiang en sus grotescas vestidos, ensalzaban al dictador
Por Juan Nze Eson Avaur
He de confesar que muchos entre los que me incluyo, no esperábamos nada positivo del VII Congreso del PDGE, que se acaba de celebrar en Bata. Después de 43 años en el poder, Obiang no ha cambiado, ni esperamos que vaya a cambiar. En su huida hacia adelanta el dictador cree que no tiene vuelta atrás, que tiene que seguir aplastando a nuestro pueblo para que no exista ni el menor atisbo de rebelión. El hecho de mandatar a los militantes de su partido para que controlen a los disidentes y que informen a las autoridades sobre sus movimientos, así lo demuestra.
En este congreso el propio OBIANG reconoció que había ilegalizado a dos partidos, uno de ellos al PPGE y, por otra parte, afirmó que hay 14 formaciones políticas coaligadas con el PDGE.
En el reciente congreso de Bata, OBIANG no quiso decir que él sería el candidato del PDGE a las próximas elecciones, esto sí, el dictador manifestó que la constitución, que el mismo reformó en 2012 para volver a estar otros 14 o 17 años en el poder, le permite volver a presentarse. En pocas palabras. Queda claro que OBIANG está dispuesto a morir con el bastón de mando en la mano, aún cuando el país y sus habitantes estuviésemos en situación extrema, como lo estamos ahora.
¿Qué esperanza de cambio podemos tener de un presidente que llama enemigos del estado y de la soberanía a los disidentes?. ¿Qué se puede esperar de un presidente que fomenta la división, la corrupción, el odio y el maltrato a los que no comparten su forma de pensar y de hacer?, y ¿qué se puede esperar de un partido que convoca un congreso en un país sumergido en la miseria política, social, económica y no abordar ninguno de estos puntos?.
Por las televisiones de la dictadura hemos podido ver sus discursos vacíos, pronunciados por escenificadores del PDGE: Hemos escuchado a OBIANG y a los suyos diciendo que nuestro país disfruta de un enorme progreso económico, le hemos escuchado decir que los enemigos internos y externos quieren desestabilizar Guinea Ecuatorial con el apoyo de occidente; hemos visto al primer ministro cantando a su santa trinidad: Obiang, su hijo y su esposa Constancia Mangue. Vergonzoso, humillante y obsceno lo que se ha dado en Bata. Ha Sido una canallada propia de gente insensible, cruel, asombrosamente egoísta, malignamente bruja y nada patriótica.
Después de este congreso he podido reflexionar sobre las razones que le han llevado a un partido, instalado en el poder desde hace casi medio siglo, a celebrar un congreso sin comunicar al pueblo cómo piensa acabar con la crisis económica. Sigo sin entender cómo un partido en el poder va a celebrar un congreso en medio de tanta crisis política, económica y social, sólo para decirles a sus partidarios, a los militantes, a los demás agentes de (represión) seguridad, que pueden seguir manteniendo debajo de su bota a los guineanos.
Queridísimos conciudadanos¡¡, respetado mundo internacional¡¡; las razones por las que el señor OBIANG quiere seguir maltratándonos, intimidándonos e hiriéndonos, obedecen a su negativa a dejar el poder si no le echan del mismo, y, de la misma forma que el dictador niega dejar el poder pacíficamente, así también se prepara para seguir produciendo nuestras heridas y agudizar nuestro sufrimiento, porque al parecer, el señor Dictador no sigue ni los consejos de Dios ni los de los hombres, ni le interesa que alguna vez se diga de él que fue sabio en los últimos momentos de su vida, dejando el poder pacíficamente al pueblo que tanto maltrató.
Los funcionarios que no pueden llegar al final del mes; los militares que pasan todo el día patrullando y hambrientos (muchos obligados a extorsionar), los campesinos que no ven salida por ningún lado, los niños y jóvenes que no pueden asistir a la escuela por falta de medios, los médicos que ven morir a sus pacientes sólo por falta de medicinas y de buen material; los empresarios que ven sus proyectos frustrados, todos han visto agravada su situación por la obra maligna de OBIANG y su familia.
Señor OBIANG; este artículo lo termino invitándole a usted a leer una novela que creo que le puede ayudar a tomar, aunque sea por una sola vez, la decisión acertada. La novela se titula: ¿Quién se ha llevado mi queso?
Y le remito a la lectura de esta novela porque creo que muchas veces solemos ver el problema delante, en los demás, cuando en el fondo, el problema somos o está en nosotros; muchas veces solemos saber que la casa en la que dormimos no es nuestra, muchas veces solemos saber que el cargo ya no es nuestro y no podemos mantenerlo por más tiempo, pero, solemos atrincherarnos dejando pasar la enorme oportunidad que sí podía habernos dejado alcanzar nuestro siguiente cargo o nuestra otra siguiente etapa de vida.
Señor OBIANG; su queso ya no está en la presidencia, por lo que ya debe usted abandonarla para encontrar su queso en otra parte. El movimiento hacia una nueva dirección le ayudará a encontrar queso nuevo.
Por otra parte, debo decirle que los violentos no somos nosotros, el violento hasta aquí, ha sido y sigue siendo usted. Nosotros, los del Partido del Progreso (desde nuestro presidente Armengol Engonga hasta el último de nuestra directiva) sólo queremos revertir el orden de las cosas y enseñarles a usted y a los que le han venido adulando cómo se gobierna. Queremos enseñarles cómo se dirige un país. Queremos que usted vea en vida cómo hacer feliz al pueblo, para que nadie pueda seguir diciendo que todos los Guineanos somos iguales en el hacer mal las cosas; queremos que usted lo viva para que sepa que no todos somos aduladores como su director de orquesta, el primer ministro cantarín, Obam Asue.
No, no somos violentos, ni queremos ser violentos porque sabemos lo que queremos hacer con nuestro país, sobre todo, porque somos civiles (civilizados).
Entrar en el poder mediante un golpe de estado, nunca ha Sido bueno, Señor OBIANG porque coger el poder mediante un golpe de Estado suele ser un sello difícil de borrar y, usted sabe muy bien esto que estoy diciendo.
Espero que sepa salir a tiempo.
