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sábado, 15 de mayo de 2021

LOS GUINEANOS NO TIENEN GARANTIZADA SU SEGURIDAD ALIMENTARIA (I)

 


 Secretaría de Formación del Partido del Progreso

 

Estas últimas semanas hemos estado recibiendo imágenes muy impactantes sobre la tragedia de las familias guineanas, que se ven obligadas a pasar la frontera camerunesa (muchas veces de forma clandestina) para conseguir alimentos, mal conservados y muchos de ellos en estado de descomposición.

Además hemos denunciado en numerosas ocasiones desde El Confidencial el elevado precio que han alcanzado los productos de primera necesidad, aquellos que se pueden producir con toda facilidad en los suelos de nuestro país.

También salió publicada una noticia que daba cuenta de un acuerdo entre Guinea Ecuatorial y Rusia por el que este último país se convertía en proveedor principal de nuestro país en productos alimentarios.

Nos dejó perplejos el hecho de que Rusia, un país a 10.000 kilómetros de Guinea y con una climatología muchísimo más adversa que nuestro país, pueda convertirse en proveedor principal de alimentos. Lo único que se nos ocurre es que este acuerdo lleve “gato encerrado”

Está claro que la agricultura de Guinea Ecuatorial alberga posibilidades de producción de alimentos a bajo costo. También es evidente que este ha sido el sector más perjudicado por la inacción y también por la mala acción de la dictadura. Se puede decir que desde que nuestro país accediera a su independencia, el descenso de la agricultura ha sido impresionante. En todos estos años no se han experimentado cambios significativos, mas aun, se ha ido desmantelado gradualmente el tejido productivo de las pequeñas y medianas explotaciones, y mucha superficie de cultivo ha sido invadida por el bosque, por lo que el medio rural en su conjunto ha ido sufriendo un progresivo deterioro. En este sentido el Presidente del Partido del Progreso en uno de sus últimos artículos denunciaba el abandono de nuestros pueblos por parte de la dictadura. 

Está claro que al régimen dictatorial no le ha interesado para nada la agricultura, ni la gente del medio rural, por otra parte, poco proclives a Obiang. Además, el gobierno ha focalizado toda la acción en un solo sector, el de los hidrocarburos, y en las grandes empresas y capitales que venían atraídos por el espejismo -fomentado por el gobierno- de un cacareado y artificial desarrollo, con el innoble objetivo de obtener grandes mordidas y corruptelas de las inversiones extranjeras. Esto ha traído como consecuencia el abandono del sector agrario y la nula inversión en infraestructuras rurales (caminos, captaciones de agua, pequeñas industrias de transformación, etc.). Por otra parte, las   grandes inversiones que se han realizado en la construcción de nuevas ciudades, así como en diferentes obras faraónicas -con el único fin de alimentar una patológica y malsana megalomanía del dictador-, o también la compra de grandes aviones para la familia del presidente, no han repercutido para nada en el tejido productivo, y menos en el desarrollo de la agricultura o en el de las propias zonas rurales. Y no solo eso, sino que además, estas nuevas infraestructuras y desarrollo urbanístico se han hecho a costa de la agricultura, con la expropiación -la rapiña mas bien- de las mejores tierras de cultivo. Ahí tenemos el  ejemplo de Sipopo. 

También hemos detectado el acaparamiento abusivo -expolio- de las tierras que habían dejado los exiliados y las de muchos guineanos críticos con el dictador, que han ido a parar directamente a la familia de Obiang y a los gerifaltes del régimen.

El Presidente, Armengol Engonga, los directivos y también los expertos, del Partido del Progreso pensamos que la agricultura sigue siendo un sector estratégico y que en Guinea Ecuatorial  esta ha sido especialmente maltratada por un loco e irresponsable ministro Teodorín, que a pesar de haber transcurrido algunos años de su cese como ministro de Agricultura y Bosques, ha seguido acaparando los recursos madereros, e influyendo en el diseño y en todas las decisiones relacionadas con la errática política agraria. Creemos que dar chapas de zinc a los poblados o entregar motocultores a los agricultores para comprar voluntades, o lo peor, entregar irresponsablemente el bosque a unas compañías madereras depredadoras, no es la mejor forma de mejorar ni la agricultura, ni el medio ambiente.

Además, es de autentica vergüenza ver como un país con excelente clima  y buenos espacios agrícolas para producir, tenga que importar casi la totalidad de los alimentos del vecino Camerún y de España.  

En los momentos de crisis mundial que vivimos, todos los países están intentando que la agricultura recupere el lugar que le corresponde. La propia FAO está alertando sobre la  preocupante  carestía de materias primas alimentarias, que ha provocado que se disparen los precios de los alimentos. 

En este sentido, podemos asegurar que un país como el nuestro, con excelente climatología y abundantes espacios agrícolas, bien delimitados para poder ejercer la actividad agraria productiva de materias primas básicas, que además, cuente con personas formadas y trabajadoras, capaces de sacar todos los beneficios a la tierra, este país tendrá un futuro asegurado, porque quedará garantizada su SEGURIDAD ALIMENTARIA. 


Continuará....