viernes, 6 de octubre de 2017

¡¡SOS!!.. GUINEA ECUATORIAL

    En Bata, la segunda ciudad del tercer productor de petróleo de Africa.  

Redacción El Confidencial

La desastrosa situación económica, social y política, que está viviendo nuestro país, Guinea Ecuatorial, no tiene parangón alguno con cualquier otro país del mundo. La represión política, la falta de libertad, las arbitrariedades de los gobernantes y la miseria económica, que se está apoderando día a día de nuestro pueblo, solo nos puede recordar al régimen de Corea del Norte. 

Los que estamos asistiendo a la locura de un régimen dictatorial en plena descomposición, que no obstante sigue ejerciendo una brutal represión contra la población, nos sentimos obligados a denunciarlo ante la opinión pública internacional. Es tal nuestra congoja que apenas podemos articular un grito de socorro, una súplica a gobernantes, naciones e instituciones: ¡¡Por favor, hagan algo por nosotros!!. 


Dicen los expertos, con números en la mano, que la explotación del petróleo y gas en Guinea Ecuatorial, han supuesto unos ingresos netos para el Estado de 92.000.000.000 dólares. Una cifra escandalosa, que como se puede comprobar, no la han "visto" los habitantes de nuestro país, que serían sus legítimos receptores. Esta cantidad astronómica de dinero, nos la han robado. Ha sido repartida  entre el dictador, su familia, los gobernantes y el clan que los apoya y sostiene.

Como consecuencia de todo esto, se ha abierto una brecha brutal entre la población, un apartheid económico, por el que un reducido número de personas, los afortunados, se han convertido en multimillonarios y la gran mayoría, no afortunados, (los parias) viven en la mas absoluta pobreza. 

Con su fuerte poder económico, con el aparato represivo en sus manos, controlando el ejército, dominando toda la actividad productiva, dueños de la mayoría de los inmuebles de Guinea, de las tierras  -expropiadas a sus legítimos dueños-, les ha convertido en los auténticos dueños de nuestro país y de sus habitantes. 

No nos engañemos con estériles complacencias,  esa  es la triste realidad. Realidad que no tiene visos de cambiar con la muerte -parece que inminente- del dictador. Ahí tenemos a Constancia, la primera dama y pretendida heredera  (de facto) de este colosal imperio, que está maniobrando hábilmente para que esto no cambie y que los aires democráticos que se avecinan, no pueden dar al traste con todo lo conseguido. 

Es tal el daño que han ocasionado a nuestro país, que no existe la marcha a tras, se encuentran obligados a seguir apuntalando la dictadura, sabedores de lo que les espera. Este sería el plan A.

Existe un pan B,  que intentan poner en marcha con la cobertura de alguna institución supranacional, o de alguna de las grandes potencias, dispuestos a avalar un plan de evolución de su dictadura hacia  una engañosa y falsa democracia, con la pervivencia del antiguo régimen, acompañado de algunos partidos políticos, que le sirvan de coartada internacional. De ahí vienen sus llamadas a la ONU, o sus innumerables visitas a China y Rusia. 

Creemos que ha llegado la hora de hablar claro, de denunciar sin miedo todo lo que está pasando en nuestro país. No podemos pecar de ingenuos y volver a caer de nuevo en la trampa del dictador. ¡Detestemos su elecciones fraudulentas!, ¡no participemos en ellas!,  ¡dejemos solo al dictador!.

El único camino para revertir esta situación y de acabar con la dictadura, será cuando hayamos retornado todos a Guinea. Cuando se convoquen elecciones libres y transparentes,  sin la amenaza violenta del aparato represor de la dictadura.