sábado, 19 de febrero de 2011

Pleitesía

FUENTE: http://www.clubcultura.com/diario/dentro.php?entrada=2984


Pleitesía      18/02/2011

En los años setenta del siglo pasado, por la época en la que Eduardo Galeano publicó Las venas abiertas de América Latina, la izquierda española miraba hacia los Estados Unidos con desconfianza. Los USA del tío Sam eran un despreciable imperio que, en función de sus intereses comerciales, alentaba la llegada al poder de sátrapas asesinos que gobernaban sus países como si fueran su finca particular.


Ese discurso antiimperialista fue la leche materna con la que se amamantó ideológicamente buena parte de la clase política que hoy gobierna España, la misma que hace unos días viajó a Guinea Ecuatorial, en representación nada menos que del Congreso de los Diputados español, para visitar y rendir pleitesía a uno de los dictadores más sanguinarios de todo el orbe. La fotografía oficial del encuentro produce una especial repugnancia, porque es de esas imágenes que echan por tierra o, mejor dicho, ponen de relieve la profunda hipocresía que impregna el discurso político actual, capaz de disertar sobre una idílica Alianza de las Civilizaciones, o condenar –cuando ya está cayendo- la dictadura de Mubarak, para, a renglón seguido, ir a darle la mano a un personaje como Teodoro Obiang, un tipo que desde 1979 gana siempre las elecciones con más del 90% de los votos, que se lleva a sus propios bolsillos –según fuentes de la oposición- el 90% de los réditos petroleros de su país, y que tiene el dudoso mérito de mantener a Guinea Ecuatorial entre los países más pobres del mundo, cuando por su escasa población, y la inmensa reserva de oro negro sobre la que se asienta, podría ser una suerte de paraíso africano. No sé con qué arrestos gente como José Bono o Gustavo de Arístegui, dos de los protagonistas de esa lamentable farsa, podrán a partir de ahora condenar el régimen cubano o las derivas totalitarias de Chávez, pero lo harán, si duda.

La política se ha convertido en un pozo inmundo donde todo vale, donde parece que nunca vayamos a ver el fondo, y donde las venas abiertas de la dignidad, en América Latina y en todo el planeta, hace tiempo que quedaron exangües.




Escrito por Álvaro Otero