lunes, 22 de noviembre de 2010

África: La maldición del petróleo


por Maximiliano Sbarbi Osuna

La volatilidad de la zona petrolífera más importante del mundo, el Golfo Pérsico, promueve que los países sedientos del recurso energético más utilizado miren a África con el fin de realizar nuevas inversiones en hidrocarburos y conviertan a este continente en uno de los proveedores más accesibles. Pero, la creciente y peligrosa militarización de los países africanos responde a los intereses de las potencias, que cada vez se acercan más al continente en busca de petróleo, sin importar si apoyan a dictadores o a sangrientas guerrillas.



Esta cantidad de hidrocarburos se suma al hecho de que los países africanos suelen ser muy receptivos a las inversiones petroleras, dado que carecen de la capacidad industrial que extraiga, refine y transporte el petróleo. Además, las instituciones han sido golpeadas por siglos de colonialismo y décadas de sumisión a las decisiones de las metrópolis, lo que provoca que el control de las empresas multinacionales sea casi nulo.

En la actualidad, África occidental y central generan el 20 % del petróleo del mundo. Pero, para 2015 se prevé que el aumento de la producción se va a situar en el 25 por ciento.

Además, la dependencia de las compañías extranjeras se acrecienta al estar estrechamente ligada con el enriquecimiento de las elites locales, que son las que abren las puertas a las inversiones petroleras.

Los yacimientos se encuentran repartidos en un puñado de países, Angola, Argelia, Chad, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria y Sudán, que son los que están en la mira de las compañías procedentes de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, España, Italia, China, India y Brasil.


MILITARIZACIÓN

La rivalidad entre las empresas y los países industrializados se está tornando cada vez más agresiva, lo que produce que los gobiernos africanos se vuelquen a favor de una u otra potencia. Por eso, en los próximos años, mediante la extracción de recursos fósiles en África se prevé un incremento de la militarización del continente y de los conflictos internos, que son exacerbados en provecho de una u otra potencia para afianzar sus inversiones y dificultar el establecimiento de competidores.

Hasta el día de hoy, Estados Unidos permitió que los conflictos interétnicos y los enfrentamientos entre países vecinos fuesen resueltos por los gobiernos aliados – africanos o europeos – limitándose sólo a la venta de insumos militares, sin embargo el Departamento de Defensa norteamericano reconoció públicamente que va a ser necesario en pocos años enviar tropas a África.

De hecho, en la década del 90, EE.UU. comenzó a invertir con sus empresas en África, en territorios que antes eran de dominio indiscutible europeo. Pero, la creación del Comando Africano (AFRICOM) en 2007, supone un paso adelante en la estrategia de Washington de militarizar África.

Por su parte, en 2006, China incrementó su presencia, lo que produjo que la rivalidad entre Washington, Londres y París quedara relegada a la defensa de sus intereses frente a la masiva penetración de Pekín.

Un informe del Departamento de Defensa estadounidense de ese año alerta sobre la presencia china en casi todos los países africanos. Critica principalmente que Pekín financie guerrillas opositoras de gobiernos aliados de Washington y dictaduras contrarias a Occidente, pero omite mencionar que EE.UU. realiza la misma maniobra y apoya a gobiernos y grupos armados acusados de violar los derechos humanos, con el fin de desestabilizar a las potencias rivales, principalmente a China.


LA INJERENCIA DE ESTADOS UNIDOS

En los últimos quince años, Washington ha ido ganándole terreno a los europeos, pero el caso más llamativo es de la ex colonia española, Guinea Ecuatorial. La dictadura de  Teodoro Obiang no tenía otro destino posible que su caída, pero el descubrimiento de enormes yacimientos petroleros en 2002 y luego en 2004 atrajo las inversiones de la empresa norteamericana Exxon, que cuenta con el 70 % de los pozos del país.

Se prevé que para 2025 este pequeño país aporte el 25 % del crudo que el mercado estadounidense requiere.

La presencia de las compañías norteamericanas en la costa occidental de África es una gran ventaja para Washington, dado que los barcos petroleros sólo deben atravesar el Atlántico para llevar la materia prima a su territorio, evitando así zonas peligrosas o estrechas.

Desde que el gobierno de George W. Bush incrementó su presencia en África, los países locales siguieron la sugerencia de eliminar impuestos a las nuevas inversiones, suprimir trabas en el sector energético y favorecer la apertura de los mercados. De esta manera, los inversores tienen el camino libre para la extracción y manufacturación de los hidrocarburos, favoreciendo sólo a una pequeña porción de africanos.


CHINA SE AVECINA

Pekín promociona el incremento de sus relaciones con África bajo la base del desarrollo mutuo. La excusa es que China no interfiere en la política interna de los países, sin importar si sus gobiernos son democráticos o no. De acuerdo con varios analistas, este método evita que las empresas chinas se asienten con firmeza en África, dado que con cualquier cambio de gobierno, Pekín perdería al aliado que le abrió las puertas de par en par.

Pero, es muy improbable que la millonaria presencia china en el continente sea desdeñada por los sectores opositores que lleguen al poder.

En 2006 el intercambio comercial de China con África alcanzó los 55 mil millones de dólares, y se espera que para 2010 esa cifra aumente a 100 mil millones. Sudán es uno de sus mayores aliados, dado que el gobierno africano se encuentra aislado por occidente.

El asilo otorgado a Osama Bin Laden durante la década del 90, produjo que EE.UU. retirara sus inversiones petroleras. China vio la oportunidad de adueñarse del mercado sudanés, pero para ello sostiene al régimen árabe musulmán de Sudán al aportarle armas para que luche contra la comunidad cristiana negra de Darfur, que es apoyada por Washington.

Sn embargo, Sudán aporta sólo el 5 % del petróleo que China consume, por eso Pekín expandió sus inversiones, a través de sus compañías CNPC y SINOPEC, a Angola,  Nigeria y a varios países del Golfo de Guinea.

Pero China no sólo apoya a Sudán, sino que también financia a las guerrillas que intentan derrocar al gobierno del vecino petrolero Chad, que se encuentra bajo el área de influencia de Francia.

Los inexplorados yacimientos de Angola atraen inversiones de todos los países industrializados. La guerra civil que terminó en 2002 impidió que se desarrollara la industria de los hidrocarburos, lo que posicionó a esta ex colonia portuguesa en el país que aporta el 15 % del petróleo que necesita la voraz industria china.


LA INFLUENCIA DE FRANCIA

París, mediante la doctrina denominada Françafrique, continúa influyendo de manera directa en las políticas internas de las ex colonias, principalmente en las petroleras: Argelia, Camerún, Chad, Congo, Gabón, pero también en Angola, Libia y Nigeria.

De acuerdo con lo expuesto por el analista Michael T. Klare en su libro “Planeta sediento, recursos menguantes”, la empresa Total, la cuarta petrolera del mundo ayudó a llegar al presidente de Congo al poder, luego de una guerra civil en 1997. A cambio, la compañía obtiene numerosos beneficios.

Además, Francia mantiene tropas en Chad y la República Centroafricana que permiten disuadir a las guerrillas apoyadas por Sudán y China que amenazan al gobierno del dictador chadiano Iddris Deby.


OTROS PAÍSES

Italia, a través de su compañía ENI es dueña de la mayoría de los yacimientos petroleros de Libia. Además, posee el 75 % del proyecto Greenstream, por el cuál se va a transportar gas bajo el Mar Mediterráneo, desde el norte de África hacia Francia e Italia,  para reducir la dependencia del suministro ruso.

Por otra parte, las empresas británicas están presentes en Tanzania y en Nigeria, el principal productor petrolero del continente. En este país, la anglo-holandesa Royal Dutch Shell ha tenido diversos problemas judiciales por los descuidos medioambientales y además por la muerte de activistas a favor de la preservación de la ecología.

En tanto, Brasil es un nuevo actor que llegó recientemente a África, principalmente en Angola. Pero, a diferencia de las grandes potencias, la penetración brasileña es vista con mejores ojos por los africanos, dado que además de invertir en el petróleo, Brasil genera puestos de trabajos entre los obreros locales, desarrolla la alimentación, e invierte en salud y educación.

Este método de seducción es más efectivo, pero aun el país sudamericano se encuentra en una posición de inferioridad con respecto a Europa, Estados Unidos y China.


¿QUÉ RECIBEN LOS AFRICANOS?

Más allá de la elite gobernante, las dictaduras y las guerrillas que obtienen beneficios directos de las potencias, el ciudadano africano permanece pasivo ante el saqueo de sus recursos, dado que los débiles y corruptos gobiernos mantienen bajísimos impuestos ante la extracción de hidrocarburos.

Además, la nula industrialización africana pierde una parte importante del valor agregado que produce el petróleo. En tanto, la proliferación de guerras se produce por la rivalidad de las facciones políticas de un país, y además porque las compañías y las potencias exacerban las luchas interétnicas y los golpes de Estado.

Pero, uno de los hechos más humillantes para los ciudadanos africanos es que la enorme mayoría queda relegada del mercado laboral que genera el petróleo, dado que en las últimas décadas no se ha invertido en educación, en parte por la corrupción, las deudas externas y el alineamiento incondicional de los países africanos con las potencias.

De esta manera, los trabajos mejor remunerados son designados para los ingenieros y técnicos extranjeros mejor capacitados.

Ante el aumento de las inversiones en el sector petrolero, la creciente sed de hidrocarburos de las potencias y el avance de China y del AFRICOM, es posible que en los próximos años el continente se militarice aun más y estallen nuevas guerras disfrazadas de conflictos étnicos o políticos, cuando en general están financiadas por las grandes potencias en el nuevo reparto del continente africano.


FUENTE:
http://observadorglobal.com/%C3%81frica-la-maldicion-del-petroleo-n12606.html