martes, 15 de octubre de 2024

EL LEGADO OSCURO DE UN DICTADOR ACOMPLEJADO


Por Luciano Ndong Esono Oyana, Presidente del Consejo Geográfico de Reino Unido del PPGE.


Estos son días de llanto y desconsuelo en toda Guinea Ecuatorial. La celebración de la independencia, que debió significar un salto cualitativo para el único estado hispanohablante en el continente africano, se ha convertido en una macabra orgía perfectamente orquestada por el tirano Teodoro Obiang Nguema.


Desde Guinea, hablando con la gente, surge una pregunta recurrente entre los ciudadanos de bien: si el pueblo está supuestamente satisfecho con su gestión, según él mismo argumenta y sus triunfos electorales indican, ¿cuál es la razón para este trato desproporcionado e inhumano contra el pueblo que dice votarlo de manera abrumadora? Si Guinea Ecuatorial lo prefiere a él y a su familia, ¿por qué llena las calles del país con mercenarios extranjeros mientras tiñe el suelo con la sangre de militares guineanos? Este contradictorio escenario solo lleva a deducir que, a pesar de lo que diga, ya nadie lo quiere.


Guinea Ecuatorial está en un momento en que el cambio se percibe, aunque en estos momentos nos parezca una utopía. La mayoría sabemos que Teodoro Obiang carece hoy en día de un proyecto para dirigir el país. Las improvisaciones han sido, y siguen siendo, su principal recurso. Aquellos que componen su gobierno no son más que complementos decorativos de una galería no solo obsoleta, sino caduca. Ninguno sabe con certeza qué hacer como responsable político.


Es prioritario para el dictador protegerse, por lo que la muerte se ha convertido en el juego más practicado en nuestro país. Los asesinatos ya no solo son impunes, sino recompensados, lo que ha estimulado la delincuencia y la proliferación de organizaciones criminales dependientes de la misma casa presidencial. Guinea Ecuatorial está viviendo una especie de genocidio encubierto. Tanto las muertes diarias como los asesinatos en cárceles, las desapariciones no investigadas y las detenciones colectivas son la base de nuestras denuncias.



Obiang Nguema llegó al poder, pero todo lo que prometió hoy brilla por su ausencia. Por lo tanto, es hora de recordarle que debe marcharse. Nosotros apostamos por los modelos de sociedades occidentales, por eso estamos enfocados en la creación de una democracia plena, sin fisuras ni engaños. La dictadura ha demostrado con evidencia que es incapaz de lograr semejante proeza. Nuestra apuesta nos obliga a sugerir a los actores occidentales que redoblen los esfuerzos para acabar con la sinrazón que está exterminando a nuestro pueblo.


Nadie en la oposición desconoce el verdadero anhelo del pueblo. Por eso hemos dejado siempre claro que, en el Partido del Progreso, estamos preparados para poner en marcha nuestra visión de una nueva Guinea Ecuatorial. Nos hemos preparado para este desafío. Sabemos que no será tarea fácil, pero creemos que es esencial que todos nos unamos bajo un mismo objetivo: levantar a nuestro país. Estamos confiados y listos para llegar con todas las energías necesarias y encontrar la clave del despegue, disponiendo desde los primeros días de todas las herramientas necesarias para levantar el vuelo. Por eso, nuestro proyecto asume que esta tarea no será obra de unos pocos, sino de todos los hijos de Guinea Ecuatorial.


Es hora de que Teodoro Obiang sienta el empuje y la presión de toda la sociedad guineana, respaldada por la comunidad internacional, para que abandone Guinea Ecuatorial. El legado de una persona acomplejada solo se restituye con una gestión sensata y eficiente. Estamos listos para ello.


Desde Corea del Sur, dijo el dictador tener la sensación del deber cumplido. Ese trabajo se resume en lo siguiente: asesinatos de sus compañeros de armas, de guineanos formados, de esposos cuyas mujeres fueron fisiológicamente agraciadas, de opositores tanto dentro como fuera de las fronteras guineanas, y de los pocos emprendedores del país. Su obra ha culminado con la importación de veneno de Marruecos para la eliminación de la disidencia. Ese es el deber cumplido para Teodoro Obiang. La historia y nuestro pueblo te juzgarán. Debes marcharte, aunque solo sea por tus complejos.