INICIO

sábado, 7 de septiembre de 2024

Editorial del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial


Nos preguntamos día tras día cómo hemos llegado a la situación actual: una dictadura en Guinea Ecuatorial tan criminal, abominable, carente de escrúpulos, corrupta e insoportable. Teodoro Obiang Nguema, su familia y su círculo de colaboradores han mantenido un régimen opresivo durante más de 45 años, caracterizado por todos los calificativos posibles de tiranía y abuso.


Este régimen ha perpetrado todo tipo de atrocidades: detenciones arbitrarias extrajudiciales, torturas sistemáticas y asesinatos impunes, infligidos contra el pueblo guineano indefenso e inocente. Durante casi medio siglo, han saqueado y malversado los recursos del país, comprometiendo el presente y el futuro de varias generaciones de guineanos. Este saqueo no solo ha sido económico, sino también moral, despojando al país de la posibilidad de construir una sociedad justa, equitativa y próspera.


Regina Mañe permanecerá en nuestra memoria y en la memoria colectiva del pueblo guineano como Candidata del P.P y alcaldesa electa de Bata elegida,  en la elecciones Municipales de 1995 que gano el Partido del Progreso y que, como muy bien sabemos Obiang nunca  permitió que nuestra compañera tomada posesión de su cargo (Escrito por Armengol Engonga, presidente del Partido del Progreso como homenaje póstumo)

La dictadura de la familia Obiang ha amañado todas y cada una de las elecciones, ya sean municipales, legislativas o presidenciales, asegurándose siempre más del 90% de los votos. La única excepción a esta regla fue en las elecciones municipales de 1995, cuando la Plataforma de la Oposición Conjunta (POC), de la cual formaba parte nuestro Partido del Progreso (PP), obtuvo la mayoría en 21 de los 28 municipios del país, incluyendo las ciudades más pobladas, Bata y la capital, Malabo. Sin embargo, a pesar de esta clara victoria democrática, el régimen se negó a entregar el control de estos municipios, ignorando el respaldo y la voluntad popular tal como establece la Constitución.


Haciendo un paralelismo con nuestro pueblo hermano de Venezuela, recientemente también se celebraron elecciones que pretendieron ser democráticas. El dictador Nicolás Maduro aceptó a regañadientes la propuesta de Estados Unidos para convocarlas, pensando que le bastarían las trampas habituales, como la exclusión de la gran líder de la oposición, María Corina Machado. Sin embargo, la oposición venezolana, encabezada por líderes valientes como Edmundo González Urrutia, logró demostrar al mundo su victoria indiscutible, a pesar de todas las dificultades impuestas.

Desde el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, queremos felicitar a la oposición venezolana y reconocerlos como los auténticos y verdaderos ganadores de estos comicios. Instamos a que el dictador Maduro reconozca democráticamente esta victoria, respaldada por más del 70% del pueblo venezolano frente al 30% que él obtuvo, según las actas presentadas a la opinión pública internacional.

Nuestra aportación a este análisis político es un llamamiento urgente a aquellos que actúan como mediadores para perpetuar estas dictaduras longevas, apoyando a estos dos tiranos sanguinarios. Señores como el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el ex ministro Miguel Ángel Moratinos, entre otros, deben dejar de darles oxígeno y cobertura de forma pública. Ustedes, mediadores, no tienen reparos en llamar "victorias democráticas" a estos procesos fraudulentos, celebrados sin observadores internacionales y llenos de manipulación, con el fin de perpetuar en el poder a estos tiranos para siempre.

Al actuar de esta manera, están contribuyendo a la tragedia humana tanto en Guinea Ecuatorial como en Venezuela, condenando a nuestros pueblos a vivir en la pobreza, a la marginación y al despojo de su dignidad y derechos fundamentales. Están apoyando regímenes que han secuestrado la alternancia en el poder durante décadas: 45 años en el caso de los Obiang en Guinea Ecuatorial, y más de 25 años entre Chávez y Maduro en Venezuela.

Hacemos un llamamiento claro: dejen de apoyar a estos dictadores inhumanos y a estas "repúblicas monárquicas" que solo anteponen sus intereses espurios y económicos a las libertades y derechos de los pueblos. Al hacerlo, condenan a nuestras naciones a un destino similar al de Cuba, Nicaragua, Corea del Norte y otros tantos lugares donde la gente vive como parias en su propia tierra.