Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
La situación actual de Guinea Ecuatorial está marcada por una intensa tensión política, exacerbada tras la reciente disolución del Gobierno, que apenas llevaba dos años operando de manera ineficaz. La incapacidad de formar un nuevo gobierno que pueda abordar los múltiples problemas del país es evidente. El presidente Teodoro Obiang Nguema, padre del vicepresidente Teodorín, ha rechazado la lista de candidatos presentada por su hijo, en su mayoría jóvenes de la Asociación Hijos de Obiang (ASHO). Estos jóvenes carecen de formación y experiencia laboral, un perfil que refleja el propio aspirante a dictador. Teodorín y sus secuaces, no se esconden. Están buscando, por todos los medios, quedarse con Guinea Ecuatorial para montar su puerto pirata. Una terrible posibilidad para el país. Una brutal pesadilla.
La crisis no solo es política, sino también social. El propio
Obiang ha reconocido públicamente, a través de los medios de comunicación, que
Guinea Ecuatorial se enfrenta a una grave crisis económica. Esta caída
económica afectará directamente a los funcionarios del Estado, quienes verán
sus salarios reducidos a la mitad. Sin embargo, la crisis tendrá un impacto
mucho más amplio, afectando a todas las capas de la sociedad: las familias, las
amas de casa, los padres de familia y los jóvenes estudiantes. Los servicios
públicos como la sanidad, la educación, el transporte, la energía y la
alimentación también se verán gravemente mermados.
El régimen de Malabo se enfrenta a una situación inédita en sus 45
años de dictadura. Los bancos están vacíos y la actividad económica se ha
paralizado en casi todos los sectores. Los ingresos petroleros, que constituyen
más del 80% del presupuesto anual del Estado, han disminuido, reduciendo los
ingresos estatales en más de la mitad. A pesar de esta situación y por paradójica
que parezca, la corrupción sistémica no solo ha persistido, sino que parece
haber aumentado. El dictador, su familia, su círculo cercano y el Partido
Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) han saqueado, y lo siguen haciendo
impunemente, los recursos del país durante estos 45 años. No tienen límite ni vergüenza.
La combinación de la crisis económica y la creciente presión
internacional, incluyendo recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y
de países con intereses en Guinea Ecuatorial, ha puesto al régimen de Obiang en
un callejón sin salida. Se le insta a tomar medidas urgentes para enfrentar la
crisis económica o, en su defecto, a abandonar el poder para facilitar una
transición política definitiva. Solo un cambio radical en la dirección
política, con nuevas reformas que garanticen la seguridad jurídica y fomenten
la inversión extranjera, podrá revertir este sombrío panorama. Un impulso hacia
la libertad y la democracia es esencial para llevar a Guinea Ecuatorial hacia
un futuro de progreso y desarrollo.
He insistido repetidamente en que la democracia es infinitamente
superior a la dictadura que estamos soportando. Con un nuevo régimen, incluso
aquellos que hoy abrazan al dictador como a un padre, descubrirán que sus vidas
mejoran significativamente. Podrán mirar a sus hijos a los ojos con orgullo,
sabiendo que les están ofreciendo un futuro lleno de esperanza, en lugar del
panorama sombrío que han conocido hasta ahora. Avanzar en la construcción de la
democracia es construir una Guinea Ecuatorial fuerte y dueña de su propio
destino.
La democracia a la que aspiramos en el Partido del Progreso pasa
por puntos irrenunciables como:
La Libertad de Expresión: En una democracia, las personas
pueden expresar sus opiniones libremente sin temor a represalias. Esto incluye
criticar al gobierno, protestar pacíficamente y compartir ideas para mejorar Guinea
Ecuatorial.
Elecciones Justas: La democracia permitirá que los guineanos elijan a sus líderes a
través de elecciones libres y transparentes. Esto significa que el poder está
en manos del pueblo, y los líderes pueden ser reemplazados si no cumplen con su
trabajo.
Derechos Humanos Protegidos: En democracia, los derechos
humanos están mejor protegidos. Esto incluye el derecho a un juicio justo, la
igualdad ante la ley y la protección contra el abuso de poder. Algo que, como
todos sabéis, no existe en Guinea Ecuatorial.
Transparencia y Rendición de Cuentas: Los
gobiernos democráticos deben ser transparentes en sus acciones y decisiones. Todos
los guineanos tenemos derecho a saber cómo se gestionan los recursos del país
y exigir responsabilidades a los gobernantes.
Desarrollo Económico Sostenible: Las democracias suelen tener
economías más estables y justas porque fomentan la inversión, el respeto a la
propiedad privada y la creación de empleo. Esto lleva a una mejor calidad de
vida para todos.
Participación Ciudadana: En democracia, todos pueden participar en la toma de decisiones
que afectan desde su bloque de viviendas, barrio, pueblo o ciudad hasta el
gobierno de la nación. Esto fortalece la unión y el sentido de pertenencia en
la sociedad.
Paz y Estabilidad: Todas las democracias tienden a ser más pacíficas y estables
porque los conflictos se resuelven a través del diálogo y el consenso, no por
la fuerza.
Como vengo escribiendo en mis artículos, estas ventajas hacen que
la democracia sea un sistema más justo y beneficioso para el bienestar de todos
los guineanos, en comparación con la dictadura de Teodoro Obiang Nguema, donde
el poder se concentra en unas pocas manos y las libertades están claramente restringidas.