Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Desde que asumí la responsabilidad de presidir el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, comprendí de inmediato mi paradigma de hacer oposición contra la absurda e inútil dictadura de la familia Obiang, encabezada por Teodoro Obiang Nguema Mbasogo. Esta dictadura ha retrasado a todo un pueblo desde el punto de vista cultural, social y económico durante más de 44 años de sufrimiento. La represión ha regado con sangre y sembrado de cadáveres inocentes los cementerios guineanos.
En mis artículos, intento
reflejar y denunciar con un profundo sentimiento de indignación el horror que
encontraremos tras el paso de esta clase política salvaje e irracional por la
jefatura de la República. Han secuestrado el poder y nuestros derechos humanos
más básicos, así como nuestra soberanía nacional.
Apostar por una democracia frente
a un modelo autoritario y de terror tiene fundamentos sólidos desde diversas
perspectivas: moral, social, política y económica.
La democracia respeta los
derechos humanos, garantizando libertades fundamentales como la de expresión,
prensa, reunión y religión, que son esenciales para la dignidad humana. Además,
protege contra los abusos de poder mediante mecanismos de control y balance. En
un sistema democrático, la soberanía reside en el pueblo, que elige y puede
remover a sus representantes mediante elecciones libres y justas. Esto asegura
que las decisiones políticas reflejen una amplia gama de intereses y
necesidades, permitiendo la participación de diversos grupos sociales y
minorías.
La transparencia y la rendición
de cuentas son pilares de la democracia. Las instituciones independientes
supervisan el actuar del gobierno, promoviendo la transparencia y asegurando
que los líderes sean responsables a través de mecanismos legales y electorales.
Las democracias también tienden a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos,
con mejores accesos a servicios básicos como salud y educación, y menores
índices de pobreza. La libertad de pensamiento y expresión fomenta la
innovación y el progreso científico y cultural.
Desde el punto de vista de la paz
y la estabilidad, las democracias tienen mecanismos para la resolución pacífica
de conflictos internos, lo que reduce la probabilidad de guerras civiles y
violencia política. Además, los cambios de gobierno se realizan de manera
pacífica y ordenada, contribuyendo a la estabilidad política y social. Los
gobiernos democráticos obtienen su legitimidad a través del consentimiento de
los gobernados, expresado en elecciones libres y transparentes, generando mayor
confianza en las instituciones y en el sistema político en general.
Económicamente, las democracias
fomentan el estado de derecho y la protección de los derechos de propiedad,
creando un entorno favorable para la inversión y el crecimiento económico.
También suelen enfocarse en la equidad y la redistribución, reduciendo la
desigualdad económica. Las democracias tienen la capacidad de reformarse y
adaptarse a las nuevas demandas y desafíos sociales, económicos y tecnológicos,
lo que las hace más resilientes a largo plazo. Permiten la experimentación y la
implementación de nuevas políticas de manera flexible y receptiva a las
necesidades de la población.
En contraste, los modelos
autoritarios y de terror, como estamos acostumbrados en Guinea Ecuatorial, se
caracterizan por la represión, la violación sistemática de los derechos
humanos, la falta de transparencia, la corrupción y la concentración del poder
en manos de unos pocos. Esto a largo plazo conduce a la inestabilidad y al
estancamiento social y económico. Por estas razones, la democracia se presenta
como un sistema mucho más deseable y efectivo para el bienestar integral de la
sociedad.
Simultáneamente, quiero aportar
soluciones para la etapa post-Obiang, la transición a la democracia, ideas que
funcionan y que mejoran las sociedades que las aplican.
Junto con mi equipo en el Partido del
Progreso, hemos elaborado medidas para enfrentar las carencias que actualmente
adolece nuestro pueblo. Estas medidas incluyen:
Transición política:
Propuestas para una transición democrática que garantice elecciones libres y
transparentes, y el establecimiento de instituciones sólidas y democráticas.
Desarrollo socioeconómico y
cultural: Planes para revitalizar la economía y promover el desarrollo
cultural y educativo del país, asegurando oportunidades equitativas para todos
los ciudadanos.
Justicia y reconciliación:
Estrategias para llevar a cabo un proceso de justicia transicional que permita
juzgar los crímenes del régimen y promover la reconciliación nacional.
Concordia y convivencia
pacífica: Iniciativas para fomentar la paz y la convivencia entre todos los
guineanos, superando divisiones étnicas y políticas.
Estas propuestas representan el
pensamiento y debates dentro del Partido del Progreso y es para nosotros una
verdadera alternativa política para el futuro de Guinea Ecuatorial. Mi objetivo
es que, a través de estos artículos, no solo se denuncien las atrocidades del
régimen actual, sino que también se presenten las bases para construir un país
más justo, próspero y libre. Para conseguirlo, tenemos que unirnos todos y
pensar de manera patriótica. Hay que hacerlo por Guinea Ecuatorial y, sobre
todo, por nuestros hijos y las futuras generaciones.