Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Guinea Ecuatorial se enfrenta a un momento crucial en su historia, marcado por la incertidumbre sobre quién liderará el país tras la eventual desaparición de Obiang Nguema, quien ha mantenido el poder durante 44 años. A mí juicio, dos escenarios se perfilan como posibles alternativas a considerar:
La primera opción plantea una
continuidad en el status quo, donde figuras cercanas al actual gobierno emergen
como posibles sucesores. Entre ellos, “Teodorin”, el actual vicepresidente
y figura prominente en la estructura de poder, se destaca como uno de los
candidatos. Le sigue de cerca Constancia Mangue de Obiang, madre
de Teodorin, cuya influencia en la esfera política no puede ser subestimada. Gabriel,
ex ministro de Hidrocarburos y otro hijo del mandatario actual, también se
perfila como un posible sucesor. Además, contamos con una lista extensa de
personalidades influyentes en el régimen, ex ministros y otros actores
políticos, que aspiran a mantener el statu quo. Todo sea por la pasta y el
pueblo sigue de rehén de esta gente sin escrúpulos.
Transición hacia la
democracia:
La segunda y desde luego la más
esperanzadora posibilidad es la transición hacia un gobierno que
abrace las libertades democráticas. La implantación de un Gobierno de
Unidad Nacional se vislumbra como una etapa imperativa para conducir la
transición política en Guinea Ecuatorial. En este escenario, se contempla la
participación activa de partidos políticos, líderes activistas y representantes
de la sociedad civil en la configuración de un nuevo horizonte para el país.
Las expectativas sobre el futuro
de Guinea Ecuatorial han captado la atención de la prensa internacional,
incluyendo medios españoles. Recientes entrevistas, como la que me han hecho en
Radio Nacional de España, reflejan el interés y la preocupación por la sucesión
de Obiang y el destino de nuestro país.
El desenlace de este momento
crucial no solo definirá el curso político de Guinea Ecuatorial, sino que
también tendrá un impacto significativo en el equilibrio geopolítico de la
región. La transición hacia un gobierno más inclusivo y democrático podría marcar
un hito histórico para Guinea Ecuatorial, mientras que la continuidad del
régimen actual plantea interrogantes francamente terribles sobre la evolución
futura del país.
Para terminar, estoy convencido
de que el escenario post-Obiang Nguema presenta desafíos y oportunidades
significativas para Guinea Ecuatorial. La dirección que tome nuestra tierra no
solo determinará su futuro inmediato, sino que también influirá en el panorama
político y social de toda la región. Por lo tanto, tenemos que estar muy
atentos.