Por Luciano Ndong Esono Oyana. Presidente del Consejo Geográfico del Partido del Progreso en el Reino Unido. LONDRES.
Confío poder ilustrar a muchos con esta exposición.
No somos el primero, ni seremos el último país en afrontar similar situación, ni mucho menos poner en ejercicio una transición precedida de desgracias. Estamos obligados a mirar con optimismo el futuro que nos queremos construir entre todos, lo cual; no es sinónimo de olvidarnos de todo por cuanto ha sucedido.
En algunos de nuestros artículos, hemos fijado las líneas maestras de este proyecto, y hemos reseñado que, las medidas de choque son igualmente una herramienta importante para arrancar sin disimulo el desarrollo de nuestra sociedad. Queremos decir con meridiana claridad que dichas medidas no se limitan solo al desarrollo de las infraestructuras. Nuestros esfuerzos por mejorar el bienestar de los guineanos, pasa, sobre todo, por un decidido compromiso con el pleno ejercicio de la justicia. No se puede entender una Guinea en alza sin que los verdugos pidan perdón, y las víctimas se vean resarcidos por su dolor.
Los encuentros entre unos y otros en lugares de trabajos, deportivos o de ocios, sólo tendrían sentido si somos capaces de pasar por un acto de reconciliación entre todos. Guinea Ecuatorial como cualquier otra nación, debe asumir importantes retos para trazar juntos un futuro sano. Debemos necesariamente encontrar vías para el entendimiento. Canales que abran el paso a la confianza entre todos. Para eso, nuestras medidas de choque introducen la celebración del llamado JUICIO DE LA VERDAD Y ARMISTICIO.
nuestro pueblo.
Tanto el ministerio de justicia, como el de interior y el de defensa, es decir; los ministerios afectos a esos cometidos, dispondrán de la logística, asesoría y capacidad suficiente para cumplir con las exigencias de nuestro pueblo.
Nuestro curso hacia el exilio no fue programado, nos obligaron a abandonar nuestro hogar. Llegado este momento, hagamos a la mar con valentía, para provocar el mayorTsunami político posible que ilusione a nuestro pueblo. Hagamos bien las cosas señores, y si tiene alguien que admitir su pecado, adelante con ello. Al menos por una vez, habremos hecho cada cual, algo por nuestro pueblo.