Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
La transición hacia una nueva era en Guinea Ecuatorial es un llamado imperativo a todos los ciudadanos, políticos y miembros activos de la sociedad. El final de la era Obiang y su dictadura marca un punto de inflexión crucial en nuestra historia. Ahora es el momento de asumir nuestras responsabilidades políticas y cívicas para forjar un futuro que refleje la voluntad colectiva de la nación guineana.
La primera responsabilidad recae
sobre los hombros de los políticos guineanos. Su liderazgo en este
período transicional es esencial para establecer las bases de una sociedad
justa y democrática. Deben abrazar un compromiso firme con la transparencia, la
rendición de cuentas y la construcción de instituciones que representen verdaderamente
los intereses del pueblo. La ambición por un poder genuino y no por intereses
personales es crucial en este camino.
Los activistas y miembros
comprometidos de la sociedad tienen el deber de actuar como vigilantes
incansables. Su papel es mantener a los líderes políticos lejos de la corrupción
y el nepotismo, asegurando que cada paso dado esté en consonancia con los
principios de justicia, equidad y progreso para todos los nuevos ciudadanos de
Guinea Ecuatorial. Ha llegado el momento de alzar la voz, de participar
activamente en la configuración del nuevo panorama político y social.
La reconciliación nacional
se erige como un pilar fundamental en la reconstrucción de Guinea Ecuatorial.
Las heridas causadas por años de opresión y conflictos deben sanar. La unidad y
el perdón son el camino para superar las divisiones impuestas por regímenes
pasados. La construcción de un tejido social unido, que reconozca y celebre la
diversidad de opiniones, es esencial para la estabilidad y el desarrollo
futuro.
Es crucial entender que la
responsabilidad no recae únicamente sobre una facción de la sociedad. Es una
carga compartida que debe ser llevada con determinación por cada hombre o
mujer de nuestra tierra. Desde el estudiante hasta el empresario, desde el
campesino hasta el académico, todos tienen un papel crucial que desempeñar en
la construcción de una Guinea Ecuatorial más libre, justa, solidaria y
democrática.
El camino hacia una nueva Guinea
Ecuatorial será arduo y lleno de desafíos, pero la promesa de un futuro mejor y
más próspero para las generaciones venideras debe servir como motivación. La
perseverancia, el compromiso y la colaboración son las herramientas que nos
llevarán a alcanzar nuestros ideales colectivos.
Me gustaría expresar al final de
mí artículo que asumir nuestras responsabilidades políticas y cívicas es el
primer paso hacia un cambio significativo. Es el momento de trabajar juntos,
dejar de lado las diferencias y construir una nación donde cada ciudadano se
sienta representado y tenga la oportunidad de contribuir al progreso común. La
responsabilidad es nuestra, y es hora de actuar. La historia de Guinea
Ecuatorial está en un punto de inflexión, y depende de todos nosotros escribir
el próximo capítulo, que no tiene que ser otro que uno marcado por la
libertad, la justicia y la democracia.