Por Maria Victoria Udjilo Belika, Secretaria de Mujer e Igualdad del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.
En los últimos meses los conflictos en África Occidental se han agudizado, creando una profunda división entre la Comunidad de Estados de África Occidental (La CEDEAO), y las juntas militares que se han hecho con el poder en algunos países.
El golpe de estado de Níger ha puesto a la región en estado de alerta por un posible conflicto armado. En la mayoría de los países del África Subsahariana existe, en general, un sentimiento de hastío y desengaño.
Tras los procesos que fueron llevando a la descolonización, con la esperanza de que todos los pueblos fueran tomando las riendas de su futuro y mejorara la vida de sus habitantes, lo que repito, en la mayoría de los países hemos vivido ha sido una sucesión de dictadores que se han enriquecido con la venta de nuestras riquezas y con el robo de los millones de dólares de ayudas extrajeras que no llegan a los ciudadanos ni, en la mayoría de los casos, sirvieron para el desarrollo de nuestros países. Hay que añadir, además, los cientos de conflictos bélicos que han sangrado el continente, que han hecho, junto con la situación económica que nuestros jóvenes hayan tenido que migrar en masa. Ante este panorama tan desalentador, es lógico que cuando se habla de “coger las riendas de nuestro futuro”, “decir basta el expolio de Occidente”, etc.
La sociedad mire con esperanza a estos movimientos golpistas que, supuestamente, han derrocado a un dictador o cuando menos un jefe ineficaz. Falta por comprobar, si no será la sustitución de un dictador por otro, cosa a la que los ciudadanos de Guinea Ecuatorial estamos acostumbrado o si África se va a volver a convertir en el escenario de la nueva Guerra Fría entre Occidente y Rusia.
Es preocupante ver la presencia del grupo paramilitar Wagner en Níger, como ya hizo en Burkina Fasso y Mali. En nuestro caso, la preocupación por la situación en Guinea Ecuatorial, que vive en una las mas terribles dictaduras del mundo, la dictadura de la familia Obiang.
Ahora los guineanos estamos muy pendientes de Gabón, donde mediante un golpe de estado ha sido depuesta la familia Bongó, que gobernó el país durante sesenta años. No sabemos en qué deparará la suerte a los gaboneses, pero según las impresiones, parece que el nuevo hombre fuerte está empeñado en llevar a cabo una transición a la democracia, con el reforzamiento de las instituciones. Lenguaje que nos suena bien.
A pesar de que la familia Bongo ha llevada décadas en el poder, Gabón ha sido uno de los países más estables de la zona. Gabón no sufre la violencia yihadista, pero tiene un 40% de paro juvenil y es uno de los grandes productores de petróleo de la zona, lo que se tendría que haber traducido en una mejora grande para la población.
La incertidumbre sobre África Occidental es grande, ¿qué depararán todas estas revueltas? Todos estos conflictos nos hacen reflexionar y proclamar que los africanos queremos ser los dueños de nuestro destino, los dueños de nuestros recursos. Queremos que nuestros pueblos vivan en paz y armonía, que podamos tener unas democracias con derechos que garanticen la igualdad de oportunidades, que nuestros jóvenes y niños tengan futuro en su tierra y no se vean obligados a emigrar.
¡Basta ya de injusticias!
¡Basta ya de ser considerados menores de edad!