Por Armengol Engonga Ondo.
Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Hoy vamos a fijarnos en la libertad de expresión. Guinea Ecuatorial tiene a personas suficientemente válidas como para exponer sus puntos de vista con el fin de hacer de nuestra sociedad una comunidad en la que quepamos todos. Poner encima de la mesa los temas que a todos interesa es un componente fundamental de una sociedad democrática y juega un papel crucial en el desarrollo y fortalecimiento de la misma. En su esencia, la libertad de expresión es el derecho de los individuos a expresar sus opiniones, ideas y creencias sin temor a represalias o censura por parte del gobierno u otros actores poderosos.
En una democracia, como la que
estamos reclamando para Guinea Ecuatorial, el libre intercambio de ideas y la
participación ciudadana son elementos esenciales para tomar decisiones
informadas y garantizar un gobierno transparente y responsable. La libertad de
expresión permite a los ciudadanos expresar sus puntos de vista, criticar y
cuestionar a los líderes y las políticas gubernamentales, y contribuir al
debate público.
Al proteger y promover la
libertad de expresión, una sociedad democrática fomenta la diversidad de
opiniones y perspectivas. Esto enriquece el discurso público, estimula la
creatividad y la innovación, y evita que una sola voz o grupo dominante
monopolice el poder y la narrativa, como ocurre ahora. Lo más triste de todo es
que los guineanos o aprovechamos a la gente más válida, motivada y preparada o
terminamos gobernados por personajes corruptos y tremendamente dañinos para el
resto del país. La libertad de expresión también sirve como un mecanismo de
control y rendición de cuentas para los gobernantes, ya que los ciudadanos
pueden expresar críticas y denuncias cuando se detectan abusos o corrupción.
Estas denuncias públicas ayudan a evitar que se repitan hechos lamentables y
que la sociedad avance aprendiendo de sus errores.
Además, la libertad de expresión
es fundamental para el progreso social y el respeto de los derechos humanos.
Permite que las minorías y los grupos marginados denuncien la discriminación y
la injusticia, y aboga por cambios y reformas necesarios en la sociedad. La
capacidad de expresar ideas impopulares o controvertidas es esencial para
desafiar el statu quo y promover la evolución y adaptación de las sociedades.
El acceso a la información y a
los medios de comunicación es un derecho fundamental que permite a los
disidentes y exiliados ejercer su libertad de expresión, informarse sobre la
situación política y social del país, participar en el debate público y exigir
transparencia y rendición de cuentas a las autoridades.
Es muy importante que la propia
dictadura vaya abriendo las puertas para favorecer un cambio político sin
traumas ni violencia. En el Partido del Progreso hemos trabajado para que esto
sea así y estas son algunas de las medidas que se pueden tomar:
1.- La “reforma legal” es
lo primero que ha de hacerse. Esto implica la derogación de las leyes que
restringen la libertad de prensa, la libertad de opinión y el derecho a la
información, así como el fin de las prácticas de control, manipulación o
intimidación de los medios de comunicación por parte del régimen despótico.
2.- Obviamente, habrá que
trabajar en la “creación de mecanismos de cumplimiento” y “garantía”
que aseguren el acceso igualitario y equitativo a la información y a los medios
de comunicación por parte de todos los ciudadanos, especialmente de los
disidentes y exiliados. Esto implica la existencia de organismos independientes
y eficaces que supervisen, regulen y sancionen las posibles violaciones al
derecho de acceso a la información y a los medios de comunicación.
3.- Otro de los temas a estudiar
es la “mejora de la infraestructura” y la “ampliación de la cobertura”
que faciliten el acceso a la información y a los medios de comunicación en todo
el territorio nacional, especialmente en las zonas rurales o remotas. Esto
implica la inversión en tecnologías modernas y seguras que permitan la
conectividad, el almacenamiento y el intercambio de datos, así como la
diversificación y el fortalecimiento de los medios de comunicación
tradicionales y digitales en toda Guinea Ecuatorial.
4.- Tenemos que trabajar en la “promoción
de la participación” y la “pluralidad” que fomenten el acceso a la
información y a los medios de comunicación por parte de los disidentes y
exiliados, así como el respeto a sus opiniones y demandas. Esto implica la
creación de espacios de diálogo, debate y colaboración entre los diferentes
actores políticos y sociales, así como el reconocimiento y el apoyo a los
medios de comunicación alternativos, comunitarios o independientes.
Sin embargo, es importante
destacar que la libertad de expresión no es absoluta y debe equilibrarse con
otros derechos y valores, como el respeto a la dignidad humana, la no
incitación al odio o la violencia, y la protección de la privacidad personal.
Los límites razonables a la libertad de expresión se establecen en las leyes y
se vigilan con medios adecuados para prevenir daños directos e injustificables
a otros individuos o a la sociedad en su conjunto.
Para terminar, la libertad de
expresión es un pilar fundamental de la democracia, ya que garantiza un entorno
propicio para el debate abierto, la participación ciudadana y el control del
poder. Al permitir la diversidad de opiniones y proteger los derechos de todos
los ciudadanos, la libertad de expresión promueve una sociedad más justa,
inclusiva y progresista. Está en nuestras manos, en el Partido del Progreso,
trabajamos por una Guinea Ecuatorial donde quepamos todos, dónde nadie te diga
lo que debes pensar y apostamos por un país lleno de posibilidades. Dejemos
atrás los miedos, los complejos y apostemos por ir todos juntos hacia un futuro
donde nadie es esclavo, nadie sobra y entre todos construimos un gran país.
Guinea Ecuatorial se merece una oportunidad.