Echar de menos es uno de los sentimientos más comunes. Podemos echar de menos a un ser querido, una etapa de nuestras vidas o un lugar especial: echar de menos es algo natural. Y lo que echamos mucho de menos los guineanos que estamos en el exilio, es en primer lugar a los familiares que se han quedado dentro. Es triste ver como muchas madres han muerto sin poder dar el ultimo abrazo a un hijo suyo en el exilio.
Yo creo, y pienso, que cuando un equipo de personas están al frente de una organización para el servicio del bien común, y sobre todo para nuestro pueblo, lo primero es poner al ser humano como el centro de atención principal para que alcance y consiga lo que necesita y sobre todo lo que adolece para sobrevivir. La mayor inquietud y responsabilidad del Partido del Progreso es romper las ataduras de la dictadura, para ir al encuentro de nuestros seres queridos y amigos.
No ha sido en vano nuestra lucha. Hemos tocado ya muchas puertas y ahora después de tanto tiempo, parecen que se nos empiezan a abrir.
Estamos trabajando día y noche y a pesar de todo, hemos optado por el silencio, porque tampoco vale la pena hacer mucho ruido en el vacío simplemente para contentar a alguien. No estamos todavía en un aprendizaje político, ya lo superamos, estamos en un momento de experiencia en demostrar lo que sabemos para hacer política democrática y convertir a nuestro pueblo en sociedad decente, en la cual todos quepamos.
En nuestra agenda política no se tolerarán las torturas, los encarcelamientos, las persecuciones, las represalias, ni mucho menos la ofensa y la descalificación a otros, sino más bien, el diálogo entre los grupos sociales, la unidad con otros partidos políticos, el escuchar a nuestros ciudadanos sus opiniones y conocer sus necesidades.
Guinea Ecuatorial es una familia, un pequeño país en donde todos podemos vivir bien y sin que algunos roben a otros o los maltraten. El título de mi artículo lo dice bien claro, nos echamos de menos mutuamente.
Nosotros desde la diáspora vivimos vuestra cercanía a través de múltiples recuerdos y cada cosa buena que vemos lo queremos para nuestro pueblo. Es verdad que la dictadura que nos malgobierna ha hecho mucho daño a nuestros seres queridos y sigue igual, pero, no obstante, no es más que un momento de tránsito, porque los momentos buenos nos llegarán.
El daño que ha hecho la tiranía a nuestro pueblo no se podrá olvidar, quedarán muchas heridas que tenemos que restañar. Otros países también pasaron por dictaduras, aunque la nuestra no tiene comparación con ninguna otra.
Todavía hay muchos que siguen adulando al régimen, y otros que no tienen valentía para enfrentarse a ellos, o para darles la espalda.
Estoy convencido que nuestra lucha y también la de todos los opositores exiliados, no ha sido en vano, parece que algunas instituciones han escuchado nuestro lamento y están denunciando los abusos de la familia Obiang contra nuestro pueblo. Ya es un buen comienzo.
Nosotros no merecemos éste trato, porque, si mal no recuerdo, no cometimos ninguna equivocación, ni crimen para merecer un gobierno maltratador que en ningún momento ha dejado a todos nuestros familiares, amigos, conocidos y ciudadanos disfrutar un bienestar.
Hemos cometido un exilio valiente y no de cobardes, un exilio que además nos ha valido para adquirir otros conocimientos y para conocer e interactuar con sociedades democráticas, en las que hemos podido conocer el valor de la democracia. Hemos recibido una buena acogida en España y en otros muchos países. Hemos hecho amistades y creado familias, que además nos acompañarán hasta llegar a Guinea Ecuatorial y trabajar juntos.
Hemos procurado con inteligencia y valor que la dictadura no devore a todos nuestros seres queridos, amigos y familiares. Es cierto que a algunos les parecerá demasiado tiempo de lucha, y no les falta razón, pero la esperanza y la lucha en favor de la libertad y la democracia para nuestro pueblo, valen más que nuestras propias vidas.
Algunos ciudadanos y sobre todo la gente muy mayor, piensan que la mala vida de nuestro pueblo es consecuencia de un destino divino. No saben ni entienden que ésta mala situación que atraviesan nuestros familiares, amigos y conocidos es por la irresponsabilidad y la mala gestión del régimen en el poder y no es culpa de nosotros, y menos de los opositores.
Y luego les hacen ver a los opositores como enemigos. Todos nosotros, somos víctimas de un trabajo que la dictadura ha venido haciendo durante años. Y ésta nuestra tarea actual, herradicar éstos trabajos sucios.
El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial con su presidente Armengol Engonga Ondo, somos bien conscientes de que nuestros familiares amigos y conocidos esperan nuestro retorno desde: Mongomo, Nsork, Akonibe, Nsock _Somo, Ebibebin, Mikomeseng, Nkue, Añisock, Evinayong, Akurenam, Niefang, Mbini, Kogo, Bata, Bitica, Río Campo, Cabo San Juan, nkimi, Nsang, Corisco, Elobeyes, Malabo, luba, Baney, Rebola, Moka, Riaba, Batete, Basakato, Musola, Machinda, Nzangayong, Mongomeyén, Ayen, Diblhó, Oyalá, Tegueté, Bidjabidján, Bikurga, Nkué_Efulán y Nkumékiéñ….
Haremos realidad nuestro sueño de Libertad, después de más de 54 años de dictadura.
