Por Armengol Engonga Ondo. Presidente
del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Realmente es desesperante tener
que entenderte con esta gente. Cuando pretendes que la normalidad y el sentido
común sea el hilo conductor de toda relación humana y esta sea imposible, mal
asunto.
Nos encontramos en un callejón sin salida. Nuestro país se encuentra en una encrucijada que, aunque tiene solución, ha de pasar por los que ocupan el poder. Lógicamente, los dirigentes del régimen, no quieren perder sus privilegios. Ellos hacen y deshacen a su antojo sin que nadie les pueda afear las conductas insanas e indecorosas que exhiben.
La comunidad internacional, la
Unión Europea y a quién preguntes, están hasta el gorro de todos ellos.
Disfrazan de falso paternalismo
ese robo descarado y sistemático al que someten al pueblo guineano.
Cada día les queda menos margen
de maniobra. Escupieron la mano que les tendimos y encima fingen afectación
cuando les recriminamos la manera tan sucia de comportarse.
Nosotros, el resto de las
personas que no vivimos de las limosnas de los Obiang, queremos cosas sencillas
que ellos son incapaces de entender. Son tan falsos que ni siquiera se dan
cuenta de que los hijos de los demás tienen los mismos derechos que los suyos.
Ellos ocupan casas con comodidades y adelantos que les niegan al resto. Muchos
cuentan con agua corriente mientras otros han de llenar sus depósitos a mano.
Los hay que tienen generadores para la electricidad mientras la gente sufre
apagones y cortes de luz. Hay quien cuenta con una red de saneamientos mientras
la mayoría conviven con aguas sucias y contaminadas alrededor de sus casas.
En el Partido del Progreso
luchamos por esas cosas. Queremos que entre todos hallemos soluciones que
resuelvan los problemas. Todos tenemos que tener acceso a cuestiones básicas.
El agua, la energía, una casa digna donde vivir, educación y sanidad, no pueden
ser una lotería donde unos sí tienen posibilidades y otros no. Hay que
garantizar la paz social. No podemos tolerar los abusos de poder o el
sometimiento de la población a personas armadas que pueden hacer contigo lo que
quieran.
En el artículo anterior a este, mi
compañera, doña Victoria, escribía que las mujeres han de aportar todo su
talento y saber hacer en la construcción de la nueva sociedad como los hombres,
sin distingos. Estoy completamente de acuerdo, solo si nos unimos podemos
enfrentar esta gran empresa como es la de construir una país digno en el que
vivir.
A los inversores, a los
extranjeros, tenemos que mandarles un mensaje claro y conciso: en Guinea
Ecuatorial van a encontrar seguridad jurídica, se puede invertir y hay espacio
para instalar empresas, industrias e iniciativas privadas que ayuden, también,
al crecimiento y modernización de nuestra tierra.
Vamos a formar a nuestros jóvenes
para que no tengan que huir. La preparación, la educación y formación, es
indispensable si queremos civilizar y modernizar Guinea Ecuatorial.
No queremos rodearnos de personas
apagadas, sin esperanza ni futuro. Estamos en un momento en que podemos dar un
paso adelante que no produzca, como viene ocurriendo, una clase dominante y
otra secuestrada, servil y doblegada.
Cada vez que me reúno con los
políticos de la oposición veo con más claridad que el cambio es posible.
Hemos andado un largo camino. La
tiranía se frotaba las manos ante la desunión de los opositores y una población
inerme, incapaz hasta de pedir ayuda. Gracias a Dios, la cosa ha cambiado. Cada
día son más los que apuestan por un paso adelante y no cabe duda de que se ven
mucho más preparados que los que hoy ocupan el poder.
Tenemos que desatascar el tampón
de la dictadura. Tiene que darse la posibilidad de que los guineanos podamos
montar nuestros negocios, crear un escenario para que se pueda contratar a
nuestros jóvenes, para que la sociedad se dinamice.
Ha llegado la hora de la gente
comprometida y con ideas.
Hay quién me dice que tienen
miedo a expresarse por temor a ser marginados. La iniciativa de cada uno, si
cumple con la Ley, ha de ser respetada y protegida. De ahí nuestra convicción
de que los poderes han de estar divididos y que no haya nadie por encima de la
ley y las normas. Trabajamos, en el Partido del Progreso, en generar un
ambiente de igualdad de oportunidades. Vamos a conseguir que el respeto a las
leyes nos proteja a todos.
Es nuestra oportunidad. Está en
nuestras manos. Estamos trabajando muy duramente para que entre todos, los de
dentro y los que estamos fuera, podamos empezar a andar. Estoy seguro de que
nos van a ayudar, ya lo están haciendo abiertamente. Es muy importante que
sigamos colaborando entre todos. Esto no es una competición para ver quién se
queda con el poder del país. Tenemos que seguir unidos y demostrar al mundo que
el fin de la dictadura es un paso delante de nuestro pueblo. Estamos preparados
para el día después y espero que todos juntos hagamos una transición a la
democracia que no genere más problema que los que ocasionan los incapaces que
nos gobiernan. No cabe duda, estamos sobradamente preparados.