Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial
No quiero ser mal pensado, pero me da la impresión de que la dictadura se encuentra en un callejón sin salida y eso, bajo mi punto de vista y si no saben resolverlo, es un error muy grave con tremendas consecuencias para todas las partes.
El modelo de sociedad por la que
apuestan los que detentan el poder en Guinea Ecuatorial es a todas luces,
inconcebible y dramático. Que la gente pase calamidades cuando hay recursos de
sobra para facilitar la vida de las personas es de una las irresponsabilidades
más espantosas.
No quiero seguir desgranando
obviedades sobre el régimen que sufre el país. Todo el mundo sabe que podría
hacerse mucho mejor, en todos los sentidos. Por eso, ha llegado la hora de
poner punto y final a esta enloquecida espiral de incompetencia por no decir
maldad. Si esperamos más, las consecuencias pueden ser lamentables.
La dictadura podría poner un poco de su parte, aunque sea por egoísmo. Si ellos mostrasen un ápice de responsabilidad y empatía con el pueblo, abrirían inmediatamente un proceso negociador para evitar males mayores. La intransigencia y el despotismo hace que las partes se vuelvan mucho más insensibles y que el proceso, que se producirá más pronto que tarde, sea mucho más doloroso.
Se pueden seguir pasos que nos
vayan acercando a la normalidad social. Lo primero que hay que hacer, en mi
opinión, es poner en libertad a los que están presos por cuestiones políticas o
por disentir con el régimen. No se avanzará ni un paso mientras haya un solo
encarcelado por razones de conciencia o por manifestarse contrario a la tiranía
que rige la vida del país. Con gente encerrada en las cárceles por razones
políticas es imposible cualquier intento de diálogo.
Otro paso muy importante sería el
de desterrar la violencia del régimen. Es obvio que no se puede negociar nada
con alguien que se sienta y pone una pistola encima de la mesa. Es
imprescindible que la fuerza bruta no sea un argumento.
Si conseguimos la vuelta a casa
de los presos políticos, garantías que aseguren la paz social y el regreso en
libertad y sin peligro de los exiliados, pienso que habremos abierto la puerta
al futuro de Guinea Ecuatorial.
Somos un buen pueblo y muchos
hemos aprendido de acontecimientos que no queremos que se repitan. Tenemos
políticos, técnicos y recursos suficientes como para encarar cualquier
problema, por complejo que parezca.
¿Cree la dictadura que alargando
el mal gobierno y la represión se frenará el deseo del pueblo por su libertad?
Por favor, tomen conciencia y
permitan que se inicie el proceso de transición. Cada día que pasa es irrecuperable.
Estamos a tiempo de que esto no degenere en una situación suicida. Está en
nuestras manos y podemos hacerlo. No se nieguen a la evidencia. Ahora o luego
será muy tarde.