Por
Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
En mi opinión, militar o simpatizar con un partido político no significa que este sea más importante que mi país. El Partido del Progreso no es más que una herramienta para afrontar los retos sociales de cara al futuro. Hay que tener en cuenta que muchos ciudadanos pensaran de manera distinta y eso no los convierte en enemigos de la Patria. Lo deseable es que todos podamos aportar, de la mejor manera, nuestras propuestas sin que ello signifique un enfrentamiento imposible de resolver.
La grandeza de la democracia es que nos iguala a todos.
Todos somos iguales ante la ley, desde el presidente al último de los
habitantes de la República. No hay excusas. O manda el poder o manda la Ley.
Nuestro objetivo es consolidar una democracia donde los
representantes legislen en favor del bien común. Tenemos que dotarnos de leyes
capaces de garantizar la convivencia de todos sin sobresaltos. Estoy seguro que
todos sabremos elegir lo mejor para el futuro de Guinea Ecuatorial. Sabemos
elegir y distinguir lo que es bueno de lo malo y eso, creedme, es más que
suficiente. Espero, como cualquiera de vosotros, que no nos vuelvan a engañar o
a desposeer por la fuerza de nuestro derecho a decidir el futuro de nuestras
vidas.
Se han perdido muchas generaciones y oportunidades de forjar
una República próspera. Tenemos los recursos y un pueblo generoso. Creo que tenemos
que cuidar mucho esta transición hacia la democracia y en esto, las formaciones
políticas, asumimos mucha responsabilidad.
Luchemos por una Justicia para todos, sin excepciones y unas
fuerzas de seguridad que no estén más que al servicio de los ciudadanos. Este
es un tema muy delicado, pero estoy seguro que los policías quieren ser útiles
a sus vecinos antes que sicarios de un jefe cruel.
Tenemos la experiencia de otros países que han pasado por
circunstancias como la nuestra o aún peores y han salido adelante. Estoy
convencido que si todos buscamos un lugar donde vivir en paz y en igualdad de
condiciones lo podremos lograr.
Tenemos las herramientas, los técnicos necesarios y la
voluntad de dotar a nuestro país de una sanidad pública eficiente y suficiente.
Nuestros niños van a ser el futuro y por lo tanto vamos a invertir en ellos, en
su educación y formación. Tenemos la obligación de dejar un mundo mejor para
los que vienen detrás y no un vertedero nauseabundo del que quieran huir.
Los políticos tenemos que trabajar por ese futuro en paz que
muchos imaginamos. Para que la política no sea ajena a los intereses de la
sociedad hay que ser muy exigentes con los que nos representan. Ya no estamos
en la edad de que nos tutelen o de que nos traten como personas ignorantes que
no saben lo que quieren.
El pueblo guineano es trabajador y honrado, luchemos contra
la corrupción.
El pueblo guineano es generoso y solidario, creemos instituciones
sólidas como escuelas, hospitales, centros especiales para aquellos que lo
necesitan.
El pueblo guineano tiene iniciativa, favorezcamos el que se
puedan abrir negocios, explotaciones agrarias y ganaderas, fábricas y polígonos
industriales.
Busquemos en la paz nuestro progreso. Seamos prudentes pero
exigentes. Nos merecemos un mundo mejor y está al alcance de nuestra mano.