Obiang Nguema y la banda de malhechores que monopoliza el poder, creían que Guinea Ecuatorial seguiría recibiendo grandes ingresos, producto de sus exportaciones de materias primas y que, por tanto, ellos iban a seguir robando a manos llenas y enriqueciéndose sin ningún cambio significativo en la situación economía del país. La realidad ha demostrado todo lo contrario: la primera, y drástica bajada de los precios del crudo, producida por el exceso de producción, y una segunda bajada consecuencia de la reducción de la demanda debido al estallido de la pandemia de la Covid-19 en todo el mundo, ha asestado un duro golpe a la economía de nuestro país, con consecuencias dramáticas en la vida de todos los guineanos.Por desgracia, la situación económica de nuestro país no tiene marcha atrás, ya que toda la estructura gubernamental, los diferentes cargos que otorgaba el dictador, han sido patente de corso para robar y licencia para abusar de forma impune de la población, de tal forma que no solo las haciendas, sino también las vidas de los guineanos han estado y están supeditadas a unos desaprensivos. http://diariorombe.es/gepvtn-la-empresa-de-los-cleptomanos-de-gepetrol-que-defraudo-millones-al-estado-durante-11-anos/
Nada presagia que esa situación vaya a cambiar en el futuro: nadie va a perder la afición de hacerse con el dinero ajeno, ni va a estar dispuesto devolver lo robado.
Purificación Angue, antaño amiga y ahora enemiga de Obiang, reconoce públicamente como el mismo Obiang animaba a los suyos a que aprovecharan la "bonanza del petróleo" para enriquecerse.
Que Obiang Nguema ha ido repartiendo cargos entre sus familiares, sus allegados y miembros de PDGE, cargos que otorgaba para el enriquecimiento del que los recibía, es sabido por propios y ajenos. Por ese motivo nadie se cree que todos esos casos de corrupción que está destapando y la aparente severidad con la que el régimen persigue a los implicados, no es mas que un juego con el que pretende engañar a la opinión publica. Ya sabemos en que van a consistir las condenas de los implicados en estos casos de corrupción: entrarán por una puerta en la cárcel y saldrán por la otra.
Para que nos creamos que Obiang va a luchar en serio contra la corrupción tendría que comenzar primero por el, después por su familia y por sus allegados, que han sido los que más han robado. Hemos visto el alocado tren de vida que han llevado todos los hijos del dictador y la gran fortuna que han amasado, comenzando por Teodorín, el actual Vicepresidente. Conocemos también las enromes fortunas de los integrantes del clan gubernamental, principalmente originarios de Mongomo.
Un empresario de Valencia nos contaba como conoció a Ruslan Obiang, que trabajaba de pinchadiscos en una discoteca de esta ciudad. Le contó que iba a presentarse ante Obiang para que le reconociera como hijo legítimo. Después, nos sigue contando el empresario que Ruslan le llamó desde Guinea, prometiéndole negocios con los que iba a ganar mucho dinero. El empresario accedió y cuando contactó con el en Guinea apareció con un enorme 4x4, con chofer y guardaespaldas enfundado de pistola. El empresario tuvo tiempo de conocer las andanzas de este y de muchos parientes y enchufados del régimen, todos vistiendo trajes de marca, con anillos y relojes de oro. Iban exhibiendo su enorme fortuna, enseñando su cartera repleta de billetes, sus lujosos coches y sobre todo, maltratando a la gente.http://www.asodeguesegundaetapa.org/ruslan-obiang-hijo-del-dictador-guineano-obsesionado-en-dirigir-feguifut-corresponsal/
El empresario conoció casos de grandes injusticias y abusos a la población, especialmente hacia las menores. Supo de raptos e incluso de muerte de chicas a manos de estos desalmados, que al final quedaban impunes. Lo que creía que podía ser un nuevo horizonte de nuevas oportunidades empresariales, se tornó en un mundo de ladrones, timadores y sinverguenzas. Al final nuestro empresario perdió todo su dinero y se vio obligado a abandonar el país a toda prisa.
La situación en nuestro país solo se puede revertir con la desaparición de Obiang y todo el ejército de malhechores que le acompañan y protegen. La solución no es cambiar el clan de Obiang por otro parecido, y probablemente de la misma procedencia. La solución estará en una salida institucional, pacifica y pactada entre la mayoría de partidos y por supuesto, con la ayuda de instituciones internacionales garantes de la democracia y de los grandes países democráticos con intereses en la zona.