domingo, 5 de marzo de 2017

PUBLICADO EN DIARIO UTAMBONI






No se puede entender fácilmente, en pleno siglo XXI, que la llegada de un mandatario a una determinada zona de su país para dar un mitin, pueda llevar acareado la paralización total de una ciudad, como en el caso de Bata. No se puede decretar sobre la marcha y para este asunto, un día festivo total, con cierre de comercios, colegios, mercados y del resto de la actividad, para que todos los “súbditos” acudan a oír las últimas chorradas (“sabias orientaciones del dictador”) de un decrépito dictador . Mas bien nos parece un escenario propio de la Roma de los emperadores o el de la actual Norcorea de Kim Jong-un.

Tenemos bien constatado que la población, a pesar de las presiones e intimidaciones , posó olímpicamente de las mentiras del dictador. No solo escaqueándose, sino protestando abiertamente sobre la decisión del cierre de actividad, y de la propia visita del Presidente, considerado yo como un gran mentiroso.
También tenemos constancia de que su discurso no agradó al público allí concentrado, sobretodo en la frase que reproducimos. “Hay dos tipos de delincuentes: El común y el político, es decir; éste último, el opositor que a ambos merecen un trato igualitario que es matarlos y que su justicia no podrá interpelar”.
Estas afirmaciones son propias de un paranóico engreído, que no sabe ni siquiera en que siglo vive. Criminalizar una actividad normal, la de la política, aunque esta sea en contra del gobernante, es propio de un aluciado, ya que es una actividad que está normaliza en todos los países del mundo. Parece que solo en Guinea los opositores políticos son considerados como delincuentes a los que hay que perseguir y matar. Del comportamiento criminal de Obiang, debieran de tomar nota algunos políticos españoles que le están dando cobertura.
Toda la verborrea que ha exhibido en su discurso contra occidente, con durísimas acusaciones, no evidencian mas que el tremendo enrocamiento del propio régimen, que se ve repudiado por aquellos países que antaño le apoyaban y que ahora ninguno da un chavo por él.
Un régimen agotado, con una población a punto de estallar, sometido a un gran desprestigio internacional y cuya justicia –la de los grandes países-le pisa los talones. Ahora tiene como verdadera obsesión a la oposición exiliada, y especialmente a la persona del opositor Severo Moto y al Partido del Progreso, al que no ha podido comprar ni doblegar.
Estamos esperando a ver qué va a pasar precisamente en Niefang, distrito de Severo Moto. Por lo pronto ya ha habido un envenenamiento de un militante del Partido del Progreso y un muerto por arma de fuego, dicen que de un disparo entre cazadores. ¿Quién cree esta versión?. Así le preparan los “suyos” el recibimiento a Obiang.