No se puede entender fácilmente, en
pleno siglo XXI, que la llegada de un mandatario a una determinada zona de su
país para dar un mitin, pueda llevar acareado la paralización total de una
ciudad, como en el caso de Bata. No se puede decretar sobre la marcha y para
este asunto, un día festivo total, con cierre de comercios, colegios, mercados
y del resto de la actividad, para que todos los “súbditos” acudan a oír las
últimas chorradas (“sabias orientaciones del dictador”) de un decrépito dictador
. Mas bien nos parece un escenario propio de la Roma de los emperadores o el de
la actual Norcorea de Kim Jong-un.
Tenemos bien constatado que la
población, a pesar de las presiones e intimidaciones , posó olímpicamente de
las mentiras del dictador. No solo escaqueándose, sino protestando abiertamente
sobre la decisión del cierre de actividad, y de la propia visita del
Presidente, considerado yo como un gran mentiroso.
También tenemos constancia de que
su discurso no agradó al público allí concentrado, sobretodo en la frase que
reproducimos. “Hay dos tipos de delincuentes: El común y el político, es decir;
éste último, el opositor que a ambos merecen un trato igualitario que es
matarlos y que su justicia no podrá interpelar”.
Estas afirmaciones son propias de
un paranóico engreído, que no sabe ni siquiera en que siglo vive. Criminalizar
una actividad normal, la de la política, aunque esta sea en contra del
gobernante, es propio de un aluciado, ya que es una actividad que está
normaliza en todos los países del mundo. Parece que solo en Guinea los
opositores políticos son considerados como delincuentes a los que hay que
perseguir y matar. Del comportamiento criminal de Obiang, debieran de tomar
nota algunos políticos españoles que le están dando cobertura.
Toda la verborrea que ha exhibido
en su discurso contra occidente, con durísimas acusaciones, no evidencian mas
que el tremendo enrocamiento del propio régimen, que se ve repudiado por
aquellos países que antaño le apoyaban y que ahora ninguno da un chavo por él.
Un régimen agotado, con una
población a punto de estallar, sometido a un gran desprestigio internacional y
cuya justicia –la de los grandes países-le pisa los talones. Ahora tiene como
verdadera obsesión a la oposición exiliada, y especialmente a la persona del
opositor Severo Moto y al Partido del Progreso, al que no ha podido comprar ni
doblegar.
Estamos esperando a ver qué va a
pasar precisamente en Niefang, distrito de Severo Moto. Por lo pronto ya ha
habido un envenenamiento de un militante del Partido del Progreso y un muerto
por arma de fuego, dicen que de un disparo entre cazadores. ¿Quién cree esta
versión?. Así le preparan los “suyos” el recibimiento a Obiang.