¡BIENVENIDO, VIVO Y SANO, AL DESTIERRO!
Hola, paisano, Don Juan Tomás Ávila Laurel:
El miedo que teníamos por tu vida (¡huelga de hambre en un país como Guinea Ecuatorial…!) se acrecentó aun más, al pensar que lo único que sabe hacer Obiang Nguema es reprimir con la cárcel, la tortura y el asesinato a quien le reta...
Y tú le retaste. Porque Obiang Nguema estaba acostumbrado a que sus apoyos de fuera trasladaban el mensaje al exterior, de que, en Guinea Ecuatorial no hay problemas ni situaciones especialmente importantes y preocupantes. Están contentos (porque se ríen, incluso en las tragedias)
En su arriesgado viaje a Guinea Ecuatorial, (1.992) donde fue recibido por Obiang Nguema plantándole bidones en la pista del aeropuerto de Malabo para que se estrellase el avión que traía al ex presidente español, Don Adolfo Suarez González, nos aconsejó: “Este país os necesita vivos, no mártires inútiles.”
En sus escasas horas de estancia en Malabo, Don Adolfo Suarez, se percató del instinto asesino y voraz que expele Obiang Nguema y su régimen. Que ven en cualquier disidencia o descontento, una agresión contra su régimen, agresión a la que atacar con toda virulencia y superioridad militar.
“Vivos, no mártires inútiles”.
Efectivamente, Obiang Nguema se ha llevado por delante, en 43 años (11 con Macías y 32, solo) a centenares de miles de mártires inocentes (inútiles), civiles y militares. Nadie, absolutamente nadie, ni desde dentro del país, ni desde fuera, se ha movido y le ha apuntado con el dedo en la cara a Obiang Nguema, afeándole su carácter asesino. Hace apenas unos meses, asistimos, los guineanos, aterrorizados como siempre, al asesinato de las cuatro “penúltimas” víctimas, traídas del exilio y sacrificadas, por orden de Obiang Nguema, camino de Basilé. Las dudas que tuvo el Ministerio español de Asuntos Exteriores, bajo la égida de Moratinos, que solo “lamentó” (no condenó) los asesinatos, no alientan ninguna esperanza de que un último asesinato, o muerte, vaya a suscitar mayor protesta o enfado por parte de los soportes en los que se apoya Obiang Nguema (sobre todo fuera) para ser el más contumaz asesino-presidente de África (Estudió en la Academia General Militar de Zaragoza…)
Como en Cuba, querido paisano, Juan Tomás, España se ha dado prisa en aceptarte como desterrado (dices que no quieres exiliarte -Hoy, en España, no se estila mucho lo de dar asilo a los guineanos-) Este gesto ha sido mucho mejor que el del Ministro Fernando Morán, que devolvió al Sargento Mikó (¿Recuerdas?) de su exilio en la Embajada de España, en Malabo, a las manos asesinas de Obiang Nguema. Sea cuando se le devuelve a exiliados a Obiang Nguema, como cuando se le quita de las manos una víctima, todos (incluidos los españoles, conocen perfectamente el carácter asesino de Obiang Nguema. Y sobre todo conocen, a la perfección la legitimidad y la urgente necesidad de las exigencias que hacen que alguien se exilie en la Embajada de España en Malabo, o se declare en huelga de hambre en Guinea Ecuatorial.
Saben perfectamente que la solución no es, ni mucho menos, devolver a Obiang Nguema las víctimas, ni enviarlas al exilio-destierro. Lo has dicho muy claro en tu carta al Presidente del Parlamento del Congreso de Diputados españoles (quien, seguro que con el fin de tu huelga de hambre, se ha librado de la responsabilidad, sobre tu vida, que pusiste en sus manos)
En Guinea Ecuatorial hay un monstruo, un auténtico dragón; un tragón de vidas. Respaldado desde fuera por sus apoyos; tan conocidos, colgados del hilo del petróleo corrupto. Los esfuerzos, en solitario, de los guineanos, ante tal monstruo y tales apoyos externos, no pasan de ser suicidas. Solo suicidas.
Querido paisano, Don Juan Tomás, te deseo una pronta recuperación física y corporal. No lo mismo de la profunda alma de exigencia de las libertades, derechos humanos y democracia de Guinea Ecuatorial, que te animó y anima a declararte en huelga de hambre, en reto a Obiang Nguema y su régimen… Cúrate y sigue uniéndote a la legión de guineanos que seguimos golpeando las conciencias de quienes se empeñan en hacer de Obiang Nguema y su régimen, razón clave de la destrucción de Guinea Ecuatorial.