El sátrapa guineano agasaja a una delegación española con la entrega de medallas, bandas y collares. En la imagen el nefasto ex ministro socialista de exteriores, M. A. Moratinos y el Presidente de Honor del Partido Popular, M. Fraga. Los tiranos cuentan con apoyos que se pagan a buenos precios y que salen de la pobreza intolerable de sus pueblos.
Raquel Villaécija
París.- Dirigen algunos de los países más pobres de la tierra. Mientras sus poblaciones agonizan, ellos engordan su patrimonio en una de las ciudades mas caras del mundo. Desfalcan sus economías para llenar sus bolsillos. En las calles de Guinea, Gabón y Congo la gente se muere de hambre. En las de París ellos rivalizan con los millonarios europeos, acumulando riquezas inalcanzables para la mayoría de los mortales: apartamentos, pisos y lujosas mansiones en las zonas más nobles y prohibitivas de la ciudad.
Francia se ha convertido en el paraíso fiscal de estos sátrapas y sus familias, en la caja fuerte donde guardan todo lo que han expoliado durante décadas a los africanos. Según una investigación iniciada por la Policía gala en 2007, los citados dirigentes poseen en París y en varias ciudades de la Costa azul propiedades valoradas en más de 160 millones de euros y que habrían sido adquiridas con el dinero público.
En 2007 las ONG Transparencia Internacional Francia y Sherpa ya habían denunciado a los dirigentes de Congo, Gabón y Guinea Ecuatorial por desvío de fondos y blanqueo de dinero, pero el llamado "Caso de los bienes mal adquiridos" quedó almacenado en un cajón. Tras años de atasco burocrático, la Corte de Casación francesa -la más alta instancia jurídica- se ha puesto mano a la obra y ha ordenado una investigación para averiguar el origen de este patrimonio.
Teniendo en cuenta que los implicados en el proceso dirigen países cuyas poblaciones no nadan en la abundancia precisamente, resulta evidente de donde sale el dinero con el que han comprado todos estos bienes. Las cifras ponen los pelos de punta: la familia de Omar Bongo cuenta con 39 propiedades y 70 cuentas bancarias en Francia, Sassou Nguesso atesora 18 bienes inmuebles y 112 cuentas mientras que Obiang, el más comedido, tiene sólo un apartamento, una cuenta y 12 coches de lujo.
Los informes policiales detallan las calles y los lugares donde los dictadores tienen sus palacetes y en cuánto está valorado su patrimonio. Muchas de las propiedades se ubican en algunos de los barrios más codiciados de París. Por citar algunos ejemplos, la familia de Omar Bongo, fallecido en Barcelona el año pasado, ha heredado del dictador un palacete de 19 millones de euros y cuatro pisos en el distrito número XVI. Además poseen varios apartamentos más y un estudio y a su hija le compró en la ciudad francesa un piso valorado en ocho millones de euros.
El hijo de Teodoro Obiang tampoco se puede quejar. Aficionado a los coches de lujo, su padre se ha gastado en París cinco millones de euros en al menos una decena de vehículos de alta gama. Además, para satisfacer el capricho de su hijo le ha encargado dos Bugatti, cada uno a millón de euros.
Por su parte, Denis Sassou-Nguesso tiene un hotel particular de 700 metros cuadrados valorado entre cinco y 10 millones de euros y cuyas obras de reforma han costado 800.000. A la lista hay que sumar dos apartamentos de 180 metros cuadrados y dos mansiones con piscina en la costa francesa. Y su sobrino es el feliz propietario de un apartamento de 400 metros cuadrados y 100 de terraza en el barrio financiero de La Defense. Su precio: entre dos y tres millones de euros.
Estos expoliadores de naciones también amasan fortunas en Estados Unidos. Según una investigación del Senado americano, Omar Bongo posee cuentas secretas por valor de 130 millones de dólares mientras que el presidente guineano, cual estrella de cine, tiene una villa en Malibú que cuesta 35 millones de euros.
La Justicia francesa tiene trabajo por delante. A pesar de las evidencias se trata de un caso complicado porque, a las trabas diplomáticas, se une el hecho de que estos líderes, asentados en el poder desde hace décadas, disfrutan de inmunidad presidencial. No así sus familias. Además, la decisión de la Corte de Casación francesa puede servir para que otros países donde estos sátrapas poseen bienes, como Suiza o Reino Unido, abran procesos para averiguar el origen de esas fortunas.
Si se confirman las sospechas, el expolio alcanza dimensiones inimaginables. Según datos de Save the Children, en Congo construir una escuela cuesta 50.000 euros, por lo que sólo con uno de los coches de lujo que posee Obiang en París se podrían levantar 20 colegios. Y con todos sus bienes en Francia se podría escolarizar a todo el país. Pero la realidad es otra: los niños congoleños tienen que trabajar en las calles de su ciudad desde edades tempranas para poder sobrevivir. Mientras, el hijo de Obiang se pasea en Bugatti por las de París.
FUENTE
http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/11/26/economia/1290774246.html
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