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sábado, 14 de diciembre de 2024

La caída de Assad y el eco en Guinea Ecuatorial: Una llamada a la esperanza

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 

 


El colapso del régimen de Bashar al-Assad en Siria marca un punto de inflexión en la lucha global contra las dictaduras. La repentina caída del dictador, tras décadas de opresión, ha generado júbilo en las calles de Damasco y reacciones de desconcierto entre los aliados de Assad, como Rusia e Irán. Aunque Siria enfrenta desafíos de estabilidad, el derrocamiento de un tirano confirma que el poder absoluto no es invencible.



En este contexto, los demócratas en Guinea Ecuatorial observamos con renovada esperanza. Los paralelismos son claros: un régimen que ha gobernado con puño de hierro durante más de 45 años, donde las necesidades básicas de la población son desatendidas y la corrupción impregna cada rincón del sistema. La caída de Assad resuena como una advertencia para el dictador Teodoro Obiang Nguema, quien se aferra al poder mientras su legado y salud se desmoronan. Su hijo, en su rol de sucesor, no muestra capacidad ni intención de atender los problemas del pueblo.



El momento de actuar es ahora. Inspirados por el cambio en Siria, reiteramos nuestro llamado al régimen para iniciar una transición pacífica. Proponemos un camino hacia la democracia que incluya el abandono del poder por parte de la familia Obiang, el retorno seguro de los exiliados, y la construcción de instituciones que reflejen los valores de justicia, libertad y progreso.



El mundo está observando. La comunidad internacional, que jugó un papel en Siria, será un aliado para Guinea Ecuatorial en este proceso de cambio. El futuro de nuestra nación depende de nuestra capacidad para organizarnos, mantenernos firmes y seguir luchando con esperanza.



La caída de Assad es un recordatorio de que el poder de los pueblos puede transformar la historia. Nosotros, los guineanos, debemos estar preparados para escribir el próximo capítulo: el capítulo de la democracia.



Con la llegada de las fiestas de Navidad y fin de año, queremos enviar un mensaje especial de cercanía y afecto a todas las familias guineanas. Sabemos que estas fechas, que deberían ser de alegría y unión, están marcadas por las secuelas de la dictadura. Hombres, mujeres y jóvenes enfrentan un presente lleno de carencias: falta de empleo, poder adquisitivo, e incluso el pan diario. Sin embargo, queremos recordarles que no están solos.



La Navidad es tiempo de fe y esperanza, y así debe ser también en nuestra lucha por el cambio político. Aunque las circunstancias actuales sean difíciles, trabajamos incansablemente para que el futuro traiga una Guinea Ecuatorial libre, con oportunidades y justicia para todos. Creemos firmemente que el cambio es posible, y que la democracia traerá el renacer que tanto anhelamos.



A nuestras familias y jóvenes, les decimos: mantengan la esperanza, porque un futuro mejor está cerca. Las adversidades de hoy son el preludio de la libertad y el progreso que vendrán. Desde el exilio, enviamos un cálido abrazo, y reafirmamos nuestro compromiso con la causa democrática que pronto unirá a nuestra nación en paz y prosperidad.