Las explosiones que podrían dinamitar la dictadura de Obiang en Guinea Ecuatorial
El régimen ecuatoguienano intenta silenciar las protestas en Annobón
Guinea Ecuatorial llama a consultas a su embajador en Madrid por la orden de detención del hijo de Obiang en España
Suenan explosiones que perturban a los habitantes de Annobón, una pequeña isla de Guinea Ecuatorial. Detrás de los estallidos está la empresa de infraestructuras marroquí de Somagec, que se abre paso entre la montaña y tiene una cantera abierta en el terreno cercano a San Antonio de Palea, la capital de la provincia ecuatoguineana. Y algunos vecinos han decidido firmar una carta al presidente Teodoro Obiang para exigirle que detenga los trabajos en el terreno. En la misiva, escrita a mano el 9 de julio, la veintena de annoboneses aseguran que la dinamita «ha transformado zonas fértiles y productivas en socavones estériles e inhabilitados para la agricultura. Las consecuencias ambientales son nefastas y alarmantes. Nuestras viviendas están en riesgo constante de derrumbe».
El régimen ecuatoguineano, en vez de buscar soluciones al problema, ha decidido silenciarlo. Quienes firmaron la misiva fueron detenidos, incomunicados y llevados a una prisión en la capital. Pero lejos de aplacar las protestas, cientos de lugareños han decidido expresarse en la calle. No solo para que cesen las explosiones, y exigir la liberación de los arrestados, sino también para manifestarse pacíficamente en contra de las injusticias del Gobierno.
«No más dinamita en Annobón», «Libertad a los presos», «Justicia sí queremos» y «Ya no más violencia» son algunas de las peticiones plasmadas en pancartas. Para intentar contener el estallido social, fueron enviados desde Malabo, la capital del país, un contingente militar que amenazó a los manifestantes con abrir fuego si no regresaban a sus hogares. Las telecomunicaciones (teléfono e internet) también fueron cortadas.
«Las explosiones se producen en la pared de un lago, cerca de la población, y la gente tiene miedo de que la extracción pueda romperlo», explica a ABC Fameyon Salet, un annobonés que reside en España y cuyo hermano es uno de los detenidos. «Además, con las detonaciones, las casas retumban y se van agrietando». Salet, que milita en el Partido Federal Democrático, asegura que en la isla las condiciones de vida son precarias y deplorables y que «la gente está harta».
Consultado por ABC, el presidente y fundador de Somagec, Roger Sahyoun, sostiene que la cantera no se abrió en un suelo fértil sino en una zona rocosa de la que han extraído material de relleno para el puerto y el aeropuerto. La empresa marroquí trabaja en la isla desde 2007 y ha realizado casi todos los proyectos de infraestructura. «Nosotros estamos pagados por el Gobierno y trabajamos como contratistas; tenemos que realizar sus obras, pero hay una población con rabia que siempre se queja. No hay razón para tanto lío», asegura. «Si tienes un problema con tu Gobierno, pelea con tu Gobierno, pero no metas a Somegace».
La Administración, por su parte, no se ha pronunciado. «Y no tiene por qué hablar sobre eso, comenta Salet. «Es una dictadura; no dicen, hacen». El próximo 3 de agosto, Obiang cumplirá 45 años en el Gobierno. Su presidencia es actualmente la más larga del mundo. Y a ella se suman otra decena de años dictatoriales de su tío y antecesor, Francisco Macías. «Ahora intentarán intimidar a la población, porque, si en 55 años nadie se atrevió a manifestarse, y una población pequeña se manifiesta, es señal de que el hartazgo es insoportable», sostiene Salet. «El Gobierno ha tomado la determinación de que esto no cale, y tendrá que usar la mano más dura».
«Los detenidos, muchos de ellos líderes naturales de Annobón, han sido trasladados a la comisaría central de Malabo, conocida como Guantánamo, donde tememos que sean objeto de torturas y tratos inhumanos», denuncia a ABC Armengol Engonga, presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial. «El aislamiento de Annobón debe terminar, y el desarrollo sostenible y participativo de la isla debe ser una prioridad».
Engonga sostiene que el régimen no ha servido para Guinea Ecuatorial: «No ha hecho ni viviendas, ni puede ofrecer agua potable y mucho menos ha fomentado el desarrollo económico». Y también critica a algunos medios de la prensa española, que conceden «entrevistas de amigo» al dictador ecuatoguineano, ignorando completamente los derechos humanos que se violan en el país.
Engonga, que reside exiliado en Madrid, exhorta a la comunidad internacional a tomar cartas en el asunto para promover la transición que conduzca a Guinea Ecuatorial a una verdadera democracia. Asimismo, espera que las protestas en Annobón sean la chispa que encienda la protesta pacífica en toda Guinea Ecuatorial, «porque están todos hartos del modus operandi del régimen».