Desde Guinea, un directivo del Partido del Progreso
Llega el verano en Guinea Ecuatorial y, como no puede ser de otra manera, llega con las vacaciones. Y con las vacaciones, surge la preocupación de los padres y de muchos bachilleres y universitarios independientes por no poder garantizar un desayuno diario para sus hijos o para sí mismos, que tras nueve meses de estudio, ahora necesitarían nutrirse mejor para empezar el próximo curso con energía.
En medio de esta crisis a la que nos han sumergido los Obiang y sus colaboradores, al menos por ahora, ha terminado la preocupación de pagar el taxi de lunes a viernes para que nuestros hijos vayan a clase. Pero con las vacaciones, mientras uno empieza a respirar relajado, aparece en su cabeza la imagen de los hijos bostezando tristemente tirados en la cama o frente al televisor. Inmediatamente, al darse cuenta de la falta de alimentos en casa, el padre o tutor pregunta al hijo: "Hijo, ¿estás bien?". A esta pregunta suelen seguir respuestas como: "Me aburro, papá" o "Tengo hambre, papá". Ante estas respuestas, el padre, reconociendo que no hay nada que comer en casa ni dinero para comprar los costosos alimentos, se queda pensando en los lugares de ocio, solo para darse cuenta de que no hay lugares de entretenimiento accesibles para la mayoría, ya que los pocos que hay solo son accesibles para el Dictador Obiang, sus colaboradores y socios.
Ante este panorama, al guineano solo le queda garantizado el sufrimiento y sus consecuencias: la tristeza y la posterior muerte por estrés o infarto.
Queridos ciudadanos, el gobierno de los Obiang no ha hecho nada ni lo hace para garantizar el bienestar y la felicidad del pueblo de Guinea Ecuatorial. Su máxima preocupación ha sido, es y, si no lo echamos, seguirá siendo saquear la riqueza del país mientras nos sumerge en la miseria. Un ejemplo de esta afirmación es que el Dictador Obiang, su familia y colaboradores solo se han preocupado por sus intereses personales y familiares. Cuando hablan del progreso en agricultura, educación, construcción y comercio, nos muestran en televisión ejemplos como la Hacienda Marcos y las fincas y ganado que tienen en su pueblo. Los ejemplos de progreso que el tirano Obiang vende al mundo son los Centros Integrados y las clínicas privadas que él y su mujer construyen, financian y mantienen con dinero público para engañar y oprimir al pueblo.
Sí, el dinero con el que la primera dama y su marido construyen las clínicas y las haciendas es dinero del Estado. Los materiales de estos locales provienen del presupuesto de los hospitales y centros públicos. Todos los que trabajan en las clínicas, Centros Integrados, supermercados y haciendas de los Obiang son funcionarios del Estado, es decir, se les paga con dinero del Estado, y toda la economía que generan estas actividades va directamente a los bolsillos y cuentas bancarias de la Primera Dama y del Dictador.
Queridos conciudadanos, en el Partido del Progreso sabemos que el gobierno es un grupo de personas al servicio del Estado. Es decir, todos los miembros del gobierno deben ser siervos, trabajadores del pueblo. Pero en Guinea Ecuatorial, vemos que Obiang y su gobierno tienen al pueblo y al Estado como siervos, obligándonos a estar al servicio de ellos.
En el Partido del Progreso, desde nuestro presidente Armengol Engonga Ondó hasta los militantes y simpatizantes, no compartimos esta nefasta idea. Rogamos al pueblo de Guinea Ecuatorial (a los activistas, políticos, sociedad civil, militares e incluso a los del PDGE que se han cansado de ver el mal o se han arrepentido, a los que nunca han compartido la idea de arruinar al pueblo) que, pensando en la salvación, en el bien y la felicidad de vivir libres, colaboren según su capacidad para que todos juntos podamos echar a los Obiang del poder y lograr, por fin, un gobierno formado por verdaderos hijos del Estado capaces y dispuestos a velar por la prosperidad de todo el Estado y de todos los ciudadanos, de manera que nunca más volvamos a pasar unas vacaciones tristes en nuestro país.
En una Guinea libre con un gobierno democrático y estable, la sanidad, la educación y los salarios deberán ser considerados "sagrados" porque en el Partido del Progreso sabemos que solo se puede evitar el conflicto valorando cada una de las vidas humanas que habitan en el país. Si llegamos al poder, nos centraremos en mejorar el nivel de vida de cada individuo que viva en nuestro país.
Si todos colaboramos para bien, abandonando la lucha por intereses personales, podremos lograr que las próximas vacaciones no sean, como las pasadas y presentes, un anuncio de tristeza e impotencia.
Buenos días y que el Altísimo Dios siga cuidando e iluminando a todos los que luchan por un verdadero y rentable cambio en nuestro país.