El grito de soccorro de un militante del Partido del Progreso desde el interior de Guinea
El pueblo de Guinea Ecuatorial lleva más de cincuenta y cinco años sufriendo toda clase de vejaciones dictatoriales. En medio de este infernal sufrimiento, creado por la pobreza económica, humana, intelectual y espiritual de los Obiang, la oposición y demás disidentes del régimen nunca hemos dejado de luchar, denunciando las irregularidades y protestando pública y voluntariamente contra la dictadura. Hemos hecho lo que está en nuestras posibilidades para acabar con el desorden y la sinrazón en nuestro país. Pero, a pesar de todo este empeño y resistencia, nos hemos topado con que, tal como estamos hoy, no podemos acabar con la ya muy enraizada dictadura de los Obiang.
Y, créanme, como luchador y víctima, reconozco que me duele profundamente, y creo que duele demasiado admitir que no podemos hacer nada para librarnos de estos inmisericordes opresores que nos someten tan inhumanamente. Sin embargo, aunque duele reconocerse impotente, también resulta un alivio saber que sigue habiendo personas y Estados de bien, es decir, países civilizados que, aunque los pueblos sometidos no puedan liberarse, ellos sí pueden salvar a los pueblos y países que sufren férreas dictaduras.
Si nosotros, el pueblo y la oposición de Guinea Ecuatorial, no podemos con los Obiang, como claramente está demostrado, creemos que debemos suplicar al unísono a las potencias occidentales y a los pocos países democráticos africanos que nos ayuden a terminar con el régimen de terror implantado por los Obiang en nuestro país.
Para lograr que Occidente y los países democráticos africanos nos ayuden a derrocar a los Obiang, debemos esforzarnos por entendernos entre nosotros, procurando tener no solo un equipo comprometido con la lucha por el interés general y la democratización del país, sino también un programa de gobierno que pueda atraer y convencer a quienes hoy pedimos ayuda.
En el Partido del Progreso, y como siempre lo dice nuestro presidente Armengol Engonga, estamos trabajando para acabar con la sinrazón de los Obiang e implantar en nuestro país un verdadero Estado de derecho y de oportunidades para todos, donde tanto los nativos como los visitantes puedan convivir orgullosos, sabiendo que sus intereses y sus vidas están siendo respetados y cuidados.
En el seno del PPGE no queremos que en nuestro país la consecución de un puesto de trabajo o un relevo vuelvan a verse condicionados por la afiliación a una formación política ni por los vínculos familiares o de amistad con la familia gobernante, como lamentablemente ocurre hoy en Guinea Ecuatorial con el llamado Partido Democrático de Guinea Ecuatorial de los Obiang en el poder, o con la mismísima familia Obiang. Este partido y la familia Obiang exigen hoy su carnet a los nativos en las múltiples barreras militares de la Región Continental y en el Ministerio de Trabajo en Malabo, donde ahora mismo están pidiendo a la gente que rellene solicitudes de empleo con membrete del partido en el poder, PDGE.
En el seno del Partido del Progreso sabemos que sin mejores asesores, un gobierno no puede desempeñar eficazmente sus funciones y, por esa razón, escogemos a los que creemos mejores para la gestión de la cosa pública, a fin de que puedan aportar lo mejor de sí mismos para la prosperidad de nuestro pueblo y país. Por esta misma razón, al querer lo mejor para nuestro pueblo, nos permitimos preferir como asesores y apoyos a los países occidentales. Si hacemos uso de nuestra capacidad de entender el mundo que nos rodea, nos daremos cuenta de que aquellos que mejor tratan a sus hermanos, a sus conciudadanos, son los gobernantes occidentales, quienes, aunque tienen problemas, tratan mejor a sus conciudadanos que los dictadores africanos a los suyos.
Cuando uno sabe que otro es mejor en algo bueno, ¿no debería imitarlo? Si descubres que alguien es malo a tu lado, pero que entre los suyos es mejor, ¿no te cuestionarías e intentarías imitar su buen comportamiento?
Esto es precisamente lo que estamos haciendo en el Partido del Progreso: aprender de Occidente y pedir el asesoramiento de los occidentales para que podamos hacer prosperar a nuestro país y pueblo. Hacer esto no implica en absoluto abandonar nuestras propias tradiciones como africanos. Imitar a Occidente en lo que es mejor no significa que vamos a abandonar lo mejor de nuestras costumbres y culturas. Todo lo contrario, imitar a Occidente enriquecerá nuestras culturas y costumbres, ya que nuestra forma de ser y de hacer puede coexistir y convivir sin dificultades con la de nuestros avanzados hermanos occidentales. No hay nada que temer, ya que podemos llevarnos perfectamente bien. Es más, el africano clásico sabe que es actitud y comportamiento propio del africano bantú luchar por el interés general y velar por el cuidado de los mismos intereses generales.
Hoy por hoy, los que quieren seguir en el poder torturando, encarcelando y sumergiendo al pueblo en la más absoluta miseria viajan por el mundo pidiendo apoyo a sus homólogos dictadores chinos, rusos, norcoreanos y bielorrusos para que les ayuden a mantener al pueblo bajo la enorme losa dictatorial de los Obiang. En los últimos días, hay un intercambio de visitas entre las autoridades dictatoriales de nuestro país y las de los “precursores de las dictaduras mundiales”. La finalidad de estas visitas es que los Obiang quieren romper las relaciones de Guinea Ecuatorial con los países civilizados occidentales porque estos últimos les exigen transformaciones democráticas y avances en el respeto de los derechos humanos.
Sabiendo todo esto, nosotros, los políticos, activistas, ONGs y la sociedad civil, debemos hacer el esfuerzo de sacrificar el regionalismo, el incomprensible y desordenado protagonismo, las ambiciones personales, partidistas y familiares para presentarnos unidos y con un equipo de hombres y mujeres comprometidos con la lucha por las libertades y la consecución de los derechos ante el dictador y sus apoyos internos y externos. Sobre todo, debemos presentarnos serios y con un proyecto sólido ante aquellos a quienes venimos suplicando ayuda desde hace mucho tiempo.
Queridos hermanos y conciudadanos, si los Obiang consiguen el apoyo que buscan en el mundo comunista, todos nosotros nos veremos peor posicionados. Aquí en Guinea Ecuatorial, todos acabaremos perdiendo: perderán los occidentales con intereses en Guinea Ecuatorial y se hundirá el pueblo guineoecuatoriano.
A todos nos conviene evitar que los Obiang y sus apoyos comunistas se salgan con la suya. No debemos volver a darles un respiro. El pueblo de Guinea Ecuatorial está sumergido en la impotencia, una impotencia que ha llevado a muchos a evadirse de sus responsabilidades como ciudadanos, cayendo en manos de sus verdugos o quedándose de brazos cruzados, postura desde la cual suelen acabar siendo maltratados o asesinados si se muestran críticos ante los infernales actos de los Obiang. Tanto la manifiesta y expuesta impotencia como la dolida evasión, así como la resistencia e insistencia de los Obiang en el maltrato y saqueo del pueblo, son las razones por las que llevamos tiempo pidiendo a España y a sus compañeros y socios de Occidente que nos ayuden a echar a los Obiang del poder.
Por último, les aseguro, hermanos, que con una buena elección, haremos de nuestro pueblo y país una nación libre y próspera. Los errores del pasado ya nos pasaron una infernal y sangrienta factura, por lo tanto, no debemos volver a cometer errores.