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sábado, 6 de abril de 2024

Las secuelas de dos dictaduras en Guinea Ecuatorial

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial




Las secuelas de las dos dictaduras en Guinea Ecuatorial han dejado una profunda marca en la historia del país. Tras nuestra independencia de España en 1968, los guineanos albergábamos esperanzas de un futuro prometedor en libertad y desarrollo. Soñábamos con mejorar la herencia y el legado histórico español, que incluían aspectos como una buena sanidad, educación de primer nivel y un sistema productivo en ascenso. Este sistema cubría con suficiencia las necesidades básicas de la sociedad guineana de la época.

 


Curiosamente, contábamos con dos Diputaciones Provinciales, una en Bata y otra en Santa Isabel (actual Malabo), que desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de los pueblos, tanto en agricultura, educación como en infraestructuras. Estas instituciones fueron pilares fundamentales para el progreso de Guinea Ecuatorial en sus primeros años como nación independiente.

 


Sin embargo, el inicio de la independencia bajo el primer presidente, Francisco Macías Nguema, transformó nuestro país en un auténtico infierno para todos los guineanos durante 11 largos años. El segundo dictador, sobrino de Macías, tras derrocar a su tío en 1979, se convirtió en el mayor flagelo de nuestro pueblo y el dictador más longevo del mundo actual, acumulando 44 años en el poder. Su régimen ha perpetuado la represión y el abuso de poder, consolidando un sistema que prioriza el enriquecimiento personal y la perpetuación del control sobre la voluntad del pueblo, a menudo con altos cargos y dirigentes con severas limitaciones intelectuales. Además, por si parece poco, estos regímenes fueron tremendamente violentos, irracionales e incívicos.



 

La sociedad guineana ha sufrido daños personales, psicológicos y materiales durante estos 55 años. Los cementerios están llenos de nuestros seres queridos, y la cicatrización de las heridas psicológicas llevará mucho tiempo para aquellos que han padecido directa o indirectamente la virulencia de esta etapa cruel de nuestra historia reciente. Es comprensible que las fuerzas políticas y la sociedad civil guineana estemos trabajando arduamente para lograr el cambio político necesario en nuestro país y el inicio de una transición política hacia la conquista de nuestras libertades civiles, el estado de derecho, la democracia y el desarrollo de Guinea Ecuatorial. Es lógico que nosotros, las fuerzas políticas, y la sociedad civil guineana nos esforcemos al máximo para lograr un cambio político necesario y el inicio de la transición hacia la democracia y el desarrollo. Este es un momento crucial en nuestra historia, donde la unidad y la determinación son fundamentales para superar las adversidades y construir un futuro más justo y próspero para todos los guineanos.