miércoles, 3 de enero de 2024

EL SINGULAR "PATRIOTISMO" DE TEODORO OBIANG NGUEMA MBASOGO


Por Luciano Ndong Esono Oyana. Presidente del Consejo Geográfico del Partido del Progreso en el Reino Unido. LONDRES.


Teodoro Obiang, el dictador, se dedica a buscar soportes, amigos capaces de asumir que el asesinato, el crear redes de extorsionadores y poner sicarios al servicio del Estado, lo entiende simplemente como un acto legitimado por las normas internacionales, incluso y en cierto modo, legal. Piensa que aquellos países que le exigen dejar el poder por tantos años de inoperancia e ignominia, de asesinatos y desapariciones, se están alejando de la ortodoxia gestora de un estado.  

El dictador de Guinea Ecuatorial es incapaz de asumir que es sencillamente inservible para el pueblo guineo, que tanto nosotros como los no guineos, le exigimos que se marche.  

Es un jefe de estado que no se haya preocupado en absoluto por fomentar la educación de su ciudadanía, pero eso sí, promociona la delincuencia juvenil. Con una peculiar perversa forma de mostrar generosidad, teniendo en completo abandono a los suyos para ayudar a otros lejos de sus fronteras, prefiere construir complejos universitarios en países como Ghana y la República de Benín, poniendo de manifiesto su singular falta de espíritu patriótico, usando el dinero de nuestro pueblo en beneficio de otros países. Y encima nos tilda de antipatriotas. 

La base de una sociedad está en su juventud y la mejor inversión de un gobierno pasa por su educación, por lo que en el Partido del Progreso hemos tomado buena nota de lo urgente e imprescindible que supone apostar por la educación de nuestros conciudadanos. Una sociedad formada, es una sociedad comprometida con su propio desarrollo. 

Proyectar nuestra mayor firmeza con la educación de nuestra sociedad, debe entenderse como el punto de partida para preparar una sociedad enfocada en la responsabilidad de hacerse con su futuro. Hablar de educación de nuestro país en los momentos que corren, es una quimera. Un deterioro consentido por todos los estamentos involucrados, que ha provocado la degradación de la educación en todos los ámbitos. 

Queremos partir de cero, queremos erradicar las malas praxis asentadas en el sistema educativo guineano, donde los vicios y la depravación mental son el patrón de comportamiento de muchos enseñantes.  Donde los alumnos tienen que ofrecer sobornos a los profesores para superar el curso.  En eso las niñas se llevan la peor parte, obligándolas a ofrecerse para alcanzar un aprobado. Es sencillamente vergonzoso, tratar de imaginarse el legado que deja la dictadura.  

La formación profesional como punta de lanza, en nuestras medidas de choque, tendrá el mayor protagonismo dado que nuestros hombres y mujeres podrán formarse en distintas especialidades y con mayor facilidad, las cuales servirán para la rápida mejora de nuestras vidas. 
Se acabarán las citas previas alumna-profesor. Se han de terminar los pagos por adelantado para garantizar la nota. Quien se lo merezca lo conseguirá, y quien no, hallará su éxito en otro sector del conocimiento no menos importante para el desarrollo del pueblo, sólo queda estar preparados y recordarle a la dictadura y sus compinches, que es la hora de marcharse.  


La apuesta del Partido del Progreso pasa por crear mecanismos de transparencia para la formación de nuestros hijos, garantizando e imprimiendo seriedad y mayor imparcialidad para sus estudios. Sumaremos personal e instituciones de dentro y fuera del país para de esa forma ser entre todos capaces de rediseñar un nuevo modelo educativo que aporte mejoras y competitividad frente a cualquier otro, y eso permitirá igualmente que nuestros docentes descubran la mejor versión de nuestros jóvenes. 

Mario Fúrlan (presidente del instituto de políticas Internacional de Milán; eso decían), en aquél “fake” premio sacado de la manga por el dictador guineano: “Umberto Biancamano”, a pesar de todo, dejó un mensaje alentador para la juventud africana. Aconsejó que África debía mirar hacia el Japón. Este país sin materias primas ni recursos naturales, sólo se sirvió de enviar a sus hijos al mundo para adquirir conocimientos y que, a día de hoy, es una potencia tecnológica mundial.

La formación profesional como punta de lanza, nos ayudará a alcanzar los estándares mínimos para los objetivos que nos hemos marcado como equipo político, para el bienestar de nuestro pueblo.