Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Hace 44 años, Teodoro Obiang tomó el poder en Guinea Ecuatorial a su estilo, es decir, de una manera trágica, sucia y chapucera. Obiang ha dejado tras de sí una estela de destrucción y falta de oportunidades que ha afectado a más de cuatro generaciones de guineanos. La familia Obiang, compuesta por el tirano y su extensa descendencia, ha sumido al pueblo en el subdesarrollo, la marginación, las persecuciones, los encarcelamientos y torturas, los asesinatos y actuaciones extrajudiciales. Todo un regalo para el pueblo.
Lo tenían todo y se han llevado
hasta las sobras. Son una pandilla de ladrones sin escrúpulos que se han
apoyado en la violencia para que nadie levante la voz. La única ley de esta casta
ha sido: ¡el que no esté de acuerdo conmigo, que se marche y bien lejos!
Con una familia que cuenta con
más de 50 hijos conocidos de varias madres; con tíos, abuelos y una larga lista
de allegados, los Obiang han ejercido una violencia sin precedentes contra los guineanos,
como documentan los informes anuales de organismos internacionales de derechos
humanos.
Al abandonar el poder, la
herencia que dejarán será envenenada. Guinea Ecuatorial enfrentará desafíos
abrumadores, incluyendo la falta de atención médica con la ausencia de personal
profesional de la medicina, la carencia de instituciones educativas desde
escuelas hasta universidades, y la falta de viviendas, infraestructuras de
carreteras, red eléctrica y agua potable para toda la población. Aún así,
tenemos, por lo menos en el Partido del Progreso, estrategias y fórmulas para
superar esta tremenda estafa, este robo inmisericorde.
Esta única familia, que ha
ejercido un control tiránico y corrupto, ha dejado en zozobra a la nación. A lo
largo de las décadas, han destruido las aspiraciones e ilusiones como digo de
más de cuatro generaciones de guineanos, imponiendo sobre todos nosotros la
marginación, persecuciones, encarcelamientos, torturas, asesinatos y juicios manifiestamente
injustos. Muchos nos fuimos siendo unos niños para nunca más volver. Esto no es
que sea solo injusto, además es irreparable.
Durante su régimen, esta familia
ha ejercido una violencia sin precedentes, documentada por organismos
internacionales de derechos humanos. No es una invención de la disidencia. Ahora,
mientras se aferran al poder, su legado se perfila como una herencia claramente
envenenada que dejará a Guinea Ecuatorial en una situación desoladora, de ruina,
que aun así, tened la seguridad, vamos a superar con esfuerzo y unidad.
La agricultura y la ganadería
productiva están seriamente afectadas, junto con la ausencia de un sistema
financiero sólido, bancos y cajas de ahorros. El mercado laboral se ha reducido
drásticamente, con un 80% de desempleo en la población. Además, la sociedad está
dividida entre los diferentes grupos étnicos, controlados todos por el 5% de la
población que son los que militan en la dictadura y esto, obviamente es de una
gravedad tremenda. Con la miseria y el paro estructural que padecemos no se les
cae la cara de vergüenza para que se sepa que el 85% de las riquezas,
incluyendo petróleo, gas, pesca, madera y minerales son exclusivamente para su
riqueza personal y la de su banda.
Así, la sociedad guineana está
dividida, marcada por tensiones étnicas; algo que heredará el próximo gobierno.
Esta es una deuda inaceptable en nombre de la familia Obiang. Está
meridianamente claro, la familia gobernante ha demostrado ser absolutamente
inútil y maliciosa, sin preocupación por los problemas del pueblo. Su legado
será recordado con tristeza, como el de verdaderos tiranos que han dejado a
Guinea Ecuatorial con una herencia envenenada. Qué os aseguro vamos a resolver
a pesar de ellos.
La familia Obiang, en lugar de abordar los problemas del pueblo guineano, ha priorizado sus intereses familiares y clientelares. Han buscado créditos de gobiernos extranjeros y hasta del Fondo Monetario Internacional para financiar sus aberrantes excesos, dilapidando e hipotecando así las riquezas nacionales y claro está, comprometiendo el futuro gobierno.
Al abandonar el poder, la
herencia que dejarán los Obiang va a ser tan sombría como su gobierno. Ni la
colonización lo hizo tan mal. Tenían una tierra maravillosa con un buen pueblo
y consiguieron que Guinea Ecuatorial tenga que enfrentar una serie de desafíos
monumentales que voy a intentar resumir en estos puntos:
·
En el ámbito de la salud, el país se
enfrenta a la falta de personal profesional y carece de servicios médicos
adecuados.
La educación ha sido totalmente descuidada, con escuelas, institutos y universidades en ruinas, y una ausencia notable de maestros, profesores y catedráticos. Las aspiraciones de las generaciones jóvenes han sido laminadas por la falta total de oportunidades y la represión constante. Todo esto hay que restaurarlo y mejorarlo.
·
Las infraestructuras nacionales, desde
carreteras hasta redes eléctricas, son inexistentes o muy deficientes.
·
La vivienda, el acceso a agua potable, a
unos entornos limpios y saludables. Casas para que se pueda vivir con dignidad
y estén al alcance de los guineanos. Queremos que las familias tengan un techo
en condiciones.
·
la agricultura y la ganadería productiva
han sido descuidados, contribuyendo a una situación desesperada para la
población. Tenemos que revertir esta situación, conseguir que los pueblos sean
lugares dignos para vivir y que sean ellos los que nos provean de productos de primera
calidad.
·
El sistema financiero está en ruinas, con
créditos pedidos a gobiernos extranjeros y organismos internacionales exclusivamente
para financiar los caprichos y despilfarros familiares de los Obiang en lugar
de apoyar la inversión de los guineanos y de los que quieren levantar el país.
·
La falta de comercio e industria ha
llevado al país a depender en gran medida de la dictadura, que controla el 85%
de las riquezas mientras el 80% de la población se enfrenta el desempleo. Esto
vamos a cambiarlo. Somos un pueblo dinámico y resolutivo. Tenemos que librarnos
de la bota que nos pisa y poner al servicio de todos las herramientas que
tenemos para levantar Guinea Ecuatorial.
Hay muchos más puntos, pero no me
quiero extender. Vamos a reparar estas grietas. Vamos a levantar el país.
Guinea Ecuatorial nos pertenece a todos y ya está bien de que una familia y sus
compinches vivan a costa del sufrimiento de todos los demás. Esto se va a
acabar y vamos a ver un resurgir de nuestra nación que nos va a llenar de
orgullo a todos los guineanos.