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sábado, 29 de julio de 2023

EL HUMO DE LA ANTORCHA DEL PDGE SE HUELE EN LAS PAGINAS DE LOS OPOSITORES


Por Juan Cuevas

Ningún régimen dictatorial vende barata su derrota. En Guinea Ecuatorial tenemos el ejemplo: después de 44 años de dictadura, los Obaing no parecen dispuestos a abandonar. Hay que reconocer que en el arte de permanecer en el poder Obiang ha sido el alumno más aventajado de Fidel Castro.  
En este sentido, se ha podido demostrar que desde hace algunos años La Habana está practicando, e importando, una nueva estrategia que consiste en infiltrarse en todas las redes sociales donde se encuentran los opositores. Lo hacen en su país, lo están haciendo en Venezuela, y en otros países latinoamericanos, desgraciadamente con excelentes resultados para ellos.  
El clan dictatorial de nuestro país ha visto la jugada, y desde hace algún tiempo está enviando obreros a trabajar en las redes de los opositores. No se limitan solo a movilizar a sus peones -un auténtico ejército de pedegistas-, sino que también los reclutan  entre los exiliados. Les basta unas pocas migajas para captar a algunos incautos guineanos y a otros no tan incautos, que pretenden con esta traición sofocar sus penurias en el exilio. 
Los directores de orquesta, encargados de llevar a cabo este plan son, Agustín Nze Nfumu y Miguel Oyono Ndong Mifumu. La formula es infalible: camuflarse en las páginas de los opositores, hacer veladas críticas a la dictadura y llenarse la boca con las palabras democracia y libertad. Paralelamente van levantando insidias e infundios contra los opositores exiliados, tachándoles de interesados, de falsos y desunidos. Inundan las redes de amenazas e insultos y fomentan a toda consta la desunión entre los opositores. Eso sí,  echándole las culpas a ellos de que Obiang haya permanecido tanto tiempo en el poder. 

Hemos de convenir que no les falta dinero para hacer su trabajo, cuentan con todo lo que han estado robando durante muchos años.
Hay otro tercer elemento nada desdeñable, que ha sido el aterrizaje en el exilio de hombres y mujeres que han ostentado importantes cargos en la dictadura y de otras personas que una vez formaron parte del entorno cercano a Obiang, y que por diferentes motivos se han desvinculado del régimen, pasando a formar parte del exilio. Hay que reconocer que algunos de ellos han pagado cara su osadía, ya que han experimentado la furia de un dictador que lo que menos tolera es que le abandonen. También es cierto que estos últimos han recibido buena acogida, aliento y comprensión por parte de los opositores exiliados. 
A la vista de los comportamientos nada democráticos de la mayoría de los que han formado parte del PDGE o se han movido en su entorno cercano, e incluso en los aledaños del régimen, es obvio advertir que han sido educados, incluso modelados para ser unos dictadores en potencia. Ellos, aunque hablen constantemente de libertad y de democracia, no son demócratas, porque en el fondo todos quieren hacer lo mismo que ha hecho  Obiang.

Al ver la revitalización y los movimientos del eje en el que ha descansado el poder en las dos dictaduras,  da la impresión de que se va a perpetrar  un nuevo engaño al pueblo guineo-ecuatoriano. 
No podemos aspirar a una auténtica democracia cuando esta esté protagonizada y dirigida por los mismos que han sostenido a la dictadura. Esta fórmula es una quimera, sencillamente porque es imposible que personas no demócratas puedan construir una  democracia en nuestro país. 
El Partido del Progreso cree plenamente en la democracia y se ha tomado la lucha en serio. Sabemos que no es fácil pasar de la noche a la mañana de un régimen autocrático, en el que la aplicación de las leyes se hacen de forma arbitraria, a un verdadero estado democrático y derecho. 
Por este motivo es condición imprescindible que la dictadura abandone el poder, que salgan de las cárceles los presos políticos y represaliados por la dictadura y que retornen a Guinea Ecuatorial los exiliados. 
Armengol Engonga y el equipo directivo que le acompaña, cree que la democracia en cuanto que supone un cambio profundo en los mecanismos de participación y comportamiento que afecta al ámbito institucional, al económico-social y al político, obliga a que ningún guineano pueda quedarse al margen de este proceso, por lo que se requerirá un amplio consenso del conjunto de los ciudadanos. 
Visto lo trascendental de esta tarea, aquellos representantes de los partidos políticos que se dispongan a llevar a cabo la transición, tendrán que poseer auténtico espíritu de consenso, que les permita poder tejer pactos entre las diferentes etnias y territorios, y sobre todo, ser capaces de ilusionar e implicar al pueblo guineano-ecuatoriano en esta importante etapa de su historia.