Por Armengol Engonga Ondo. Presidente
del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Vivimos una difícil situación en Guinea Ecuatorial. El vacío de poder es más que evidente y la población asiste atónita a los devaneos del hijo del tirano con clientes con los que firma acuerdos estratégicos sin importarle para nada los intereses de todo el pueblo. Como hemos leído en el Confidencial, el más corrupto de los hijos del dictador, hace y deshace a su antojo sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. En una dictadura o una satrapía como la que padecemos, los intereses de las personas ajenas al entorno familiar y clientelar sencillamente no cuentan.
Tenemos que cambiar tantas cosas
que se hace imprescindible el que, para empezar, se vayan estos detentadores
del poder. La población, los individuos que formamos el país, tenemos mucho que
decir de nuestros recursos o de las infraestructuras públicas. No se puede ir
por la vida como si fuera el dueño de la finca o el heredero de papá.
Para ponerle freno a esta gentuza
tenemos que ser una voz y contar con instituciones fuertes capaces de detener a
estos incapaces.
No puede ser que esta gente haga
negocios con los recursos de todos y que el valor de sus tropelías solo sirva
para meterse el dinero en el bolsillo en vez de invertirlo en mejoras para la
sociedad guineana.
Muchas veces hemos tratado este
asunto en el seno del Partido del Progreso. Hay expertos que saben que podemos
construir una buena Administración de Justicia y una policía al servicio del
pueblo. Nos van a ayudar a poner en marcha estos mecanismos, solo hay que
pedirlo y actuar en consecuencia.
A muchos les he dicho que una
democracia no es hacer lo que te de la gana. Los derechos de las personas se
tienen que respetar y las normas que nos demos entre todos han de ser de
obligado cumplimiento. Nadie debe estar por encima de la Ley y nadie puede
hacer lo que quiera con lo que es de todo el mundo.
En un modelo social moderno y
civilizado, la justicia y la seguridad son pilares fundamentales para el
bienestar y la convivencia armoniosa de la sociedad. La justicia se basa en el
principio de igualdad ante la ley, donde todas las personas son tratadas de
manera equitativa y sus derechos son protegidos. Asimismo, la seguridad busca
garantizar la protección de los individuos y sus propiedades, fomentando un
entorno libre de violencia y amenazas.
La justicia en un modelo social
moderno se caracteriza por la imparcialidad y la transparencia. Los sistemas
legales y judiciales están diseñados para asegurar que los ciudadanos tengan
acceso a un juicio justo y que se respeten sus derechos fundamentales. Los tribunales
son independientes y actúan como árbitros imparciales para resolver conflictos
y hacer cumplir la ley. Además, se promueve la igualdad de oportunidades para
todos los individuos, sin importar su origen étnico, religión u orientación
sexual.
La seguridad, por su parte,
implica la protección de las personas y sus bienes frente a amenazas externas e
internas. En un modelo social moderno, como el que queremos traer a Guinea
Ecuatorial, se busca prevenir la delincuencia y promover la seguridad ciudadana
a través de la aplicación efectiva de la ley y el fortalecimiento de las
instituciones encargadas de mantener el orden público. Esto implica contar con
fuerzas de seguridad capacitadas y profesionalizadas, así como sistemas de
vigilancia y tecnología adecuados para combatir el crimen y responder de manera
rápida y eficiente ante situaciones de emergencia.
Además, en un modelo social
moderno y civilizado, la justicia y la seguridad van de la mano con el respeto
a los derechos humanos. Se reconoce la importancia de proteger la dignidad y la
integridad de todas las personas, incluso de aquellos que han cometido delitos.
Se promueve la rehabilitación y la reinserción social como parte de los
procesos penales, buscando la recuperación de los individuos y su reintegración
en la sociedad. No todo vale. No buscamos un Estado vengador. Queremos que no
haya delincuentes y vamos a hacer todo lo posible para que esto sea así, pero
ante todo vamos a proteger a las personas que viven en Guinea Ecuatorial. El
mal existe y se lo vamos a poner muy difícil a los malos. Lo que realmente nos
importa es que podamos vivir en paz y desarrollar ese potencial que todos
llevamos dentro.
Está en nuestras manos crear un
modelo social moderno y civilizado. Vamos a trabajar para que la justicia y la
seguridad sean unos pilares fundamentales para garantizar una convivencia
pacífica y equitativa. Buscaremos promover la igualdad de todos los individuos
ante la ley, proteger sus derechos fundamentales y brindarles seguridad en su
vida diaria. Estos principios, como ya he escrito otras veces, se basan en el
respeto, la imparcialidad y el fortalecimiento de las instituciones encargadas
de hacer cumplir la ley, con el objetivo de construir una sociedad justa,
segura y libre. Guinea Ecuatorial va a renacer de sus cenizas.