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martes, 15 de febrero de 2022

GUINEA ECUATORIAL: UNA MISIÓN COLECTIVA QUE IMPLICA A TODOS

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial



Tal y como están las cosas por el mundo se hace más necesario que nunca el que los guineanos vayamos juntos en la misma dirección. Ha llegado el momento de defender lo nuestro, de reivindicar un futuro con dignidad y dejar aparcadas las diferencias que nos hace estar de espaldas unos contra otros.

Es la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que podemos entendernos y respetarnos. Nos estamos jugando el pan de nuestros hijos y eso son palabras mayores.



El Partido del Progreso no va a meterse en la vida de nadie. Nosotros somos un grupo de hombres y mujeres con las ideas muy claras de cómo enfrentarnos a la difícil situación en la que se encuentra Guinea Ecuatorial. Como en todo, no se puede empezar la casa por el tejado. Antes de luchar por una convivencia pacífica y honesta tenemos que poner las bases para que esto sea así. Lo primero de todo es ir juntos, aprender a tratarnos con educación y respeto y, sobre todo, compartir ese deseo de libertad, prosperidad, dignidad, justicia y paz que tanto nos merecemos.

Algo sabemos ya y es que las cosas no nos gustan como están. Estamos seguros de que se puede hacer mejor y es por ahí por donde tenemos que ir. Trabajemos juntos para crear un ambiente favorable, unas buenas relaciones entre compatriotas. Hemos de sentir el orgullo de ser guineanos y tener la certeza de que la solución a los problemas está en nuestras manos.



Nosotros nos hemos encuadrado en una formación política que reúne a personas que piensan de manera muy diferente pero que tienen claro aspectos básicos como que:

  • 1.        No hay nadie con más derechos que otros. Tenemos respeto por la gente del campo y la ciudad; jóvenes o ancianos; hombres y mujeres. Nuestra filosofía es que ante los problemas no miramos para otro lado.
  • 2.        Queremos estar cerca de los más vulnerables, que no se sienta solos y abandonados, pero también queremos estimular a los emprendedores. Sentimos mucho respeto por los que triunfan pues impulsan hacia arriba nuestra calidad de vida.
  • 3.        Estamos trabajando porque se consolide un modelo democrático. No creemos que nadie pueda estar por encima de la Ley. La igualdad de oportunidades se alcanza con leyes justas y que emanan del pueblo, por el respeto a la vida humana y por el acceso universal a la salud y a una educación de calidad.

Vivimos tiempos en que podemos seguir el ejemplo de otros países que nos han precedido en alcanzar la independencia y la libertad. Hay modelos viables y otros que han fracasado estrepitosamente. La experiencia de aquellos que han transitado de la tiranía a la democracia ha de servirnos de guía para sortear los errores y centrarnos en los aciertos.

Ahora tenemos la oportunidad de probar si somos o no capaces del reto de pasar de una sociedad primitiva, injusta y desalmada a otra mucho más justa y en la que quepamos todos. Ha llegado el momento de exigir el derecho a dirigir nuestras vidas. No aceptamos tutelas envenenadas ni paternalismos tóxicos. Juntos hemos de ser capaces de constituir un Gobierno de Unidad Nacional capaz de llevarnos a unas elecciones democráticas con todas las garantías.

Estoy seguro que entre todos lo vamos a conseguir. Ahora no es el momento de luchar unos contra otros. No es el momento de imponer ideologías o grupos para que dirijan nuestras vidas. Ha llegado el tiempo de la unidad, de la convivencia pacífica y la de compartir objetivos comunes.

Tenemos que dotarnos del estatus de ciudadanos y dejar de ser súbditos de una élite política, de un clan familiar o territorial. Nos oponemos a la pobreza pues sabemos que esta impide el desarrollo de las personas y los pueblos. Hay que conseguir que podamos encontrar el modo de ganarnos la vida honradamente con oportunidades, incentivos, metas, sueños y dignidad.

Tenemos que trabajar para todos. No podemos dejar a nadie atrás.



Se abre una gran oportunidad y tenemos que estar preparados. No podemos eludir nuestra responsabilidad. Todos y cada uno de nosotros estamos llamados para construir el futuro y este empieza por el respeto y la educación.

Hemos de redactar unas reglas del juego que todos respetemos. El respeto escrupuloso a estas normas garantizará el que tengamos éxito en nuestra aventura de superar las arcaicas formas de gobierno que padecemos.

Si queremos una Guinea Ecuatorial más justa y próspera hemos de unirnos y luchar juntos por ese futuro que dejaremos en herencia a nuestros hijos. Por ellos vale la pena. Está en nuestras manos. Trabajemos juntos y no nos faltemos el respeto pues hay mucho en juego.