Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial
Son muchos los que han oído hablar
de la política exterior de un país, pero no alcanzan a imaginar la importancia
y el alcance que está tiene para un estado en particular.
Teniendo en cuenta la definición
más simple de política exterior, esta se define como el conjunto de las
decisiones públicas que toma el gobierno de un Estado en función de los
intereses nacionales y en relación con los demás actores del sistema
internacional.
La política interna debe tener
relación con la política exterior, la cual debe responder a las aspiraciones de
paz y seguridad, y a sus necesidades de desarrollo político, económico,
comercial y social.
Esta política debe ser la
manifestación de la estabilidad de un Estado conformado por nación, soberanía
popular, un gobierno estable y formulado por sus gobernantes teniendo en cuenta
el interés nacional.
La política exterior define el
norte y tiene en cuenta el entorno internacional, a la vez que refleja las
directrices de la importancia que el país les da a sus socios estratégicos en
el contexto internacional.
Nuestra actual política exterior,
basta solo con imaginarlo, es manifiestamente mejorable. Una solución
democrática al actual régimen dictatorial se hace imprescindible para así poder
tejer una buena red de alianzas internacionales que sería del máximo provecho
para nuestra república.
A lo largo del mes de octubre y
este mes de noviembre, he asistido, invitado por los organizadores, a unas interesantísimas
conferencias y mesas redondas.
El Centro de Seguridad
Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria y el Foro Libertas,
Veritas et Legalitas, que preside Fernando Maura, invitaron al partido del
Progreso pues saben de nuestro interés por estos temas.
En este ciclo de conferencias,
representantes del mundo académico, de think tanks y de medios de comunicación
junto con expolíticos españoles, analizaron las prioridades de la política
exterior española y su ejecución, así como sus retos y oportunidades en las
diferentes regiones del mundo.
Oportunidades así hay que
aprovecharlas pues te permite conocer importantes personajes a los que llevar
el mensaje de lo urgente que es, para el pueblo de Guinea Ecuatorial, la transición
a la democracia.
La voz de Guinea Ecuatorial a
estado en este importante foro y he tenido la oportunidad de hablar y presentar
nuestras propuestas a ilustres personalidades de la vida política, intelectual
y mediática de España.
No puedo dejar de agradecer a
Fernando Maura el detalle que ha tenido con todos nosotros. Hemos hablado con periodistas,
catedráticos y políticos españoles como los ex ministros de Asuntos Exteriores,
Piqué y González Laya, entre otros. Especial para mí fue el saludo que recibí
de el que fuera presidente del Gobierno de España, José María Aznar, que me
felicitó personalmente por ser el presidente del Partido del Progreso y nos
expresó su deseo de que todo salga bien lo antes posible. Estuvo afectuoso y
cercano, no en vano es conocedor de nuestra andadura.
La política exterior es relevante
para todo país que aspire a modernizarse, a promover sus intereses nacionales y
a ejercer su soberanía. En la globalización, intrincada red de desafíos y
oportunidades, esa política resulta crucial para conjurar amenazas, abrir
puertas, refrendar alianzas, estimular la cooperación y participar, de forma
activa, en el complejo proceso de reforma del entramado multilateral, de tal
suerte que se le equipe con la solidez política y jurídica que exige el orden
mundial del futuro.
Estamos en ello y no perdemos
ocasión. Como siempre digo, está en nuestras manos.