Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial
A muchos políticos se les llena la boca de grandes palabras, de frases hechas vacías de contenido, sin entender que significan los discursos que pronuncian y sin reconocer siquiera al pueblo al que se dirigen.
He conocido personas que se creen
los padres de la Patria mientras abandonan a su propia familia. Son capaces de
los “mayores” sacrificios por su país, pero les aburren los problemas de sus
hijos.
En las reuniones y creo que hasta
lo he dicho en alguna ocasión, me fijo mucho en mis compañeros. No creo que
nadie sea capaz de hacer por otro lo que es incapaz de hacer por uno mismo. No
me fiaría de quién abandona su casa para embarcarse en aventuras imposibles. Si
no te preocupas por tu familia cómo lo vas a hacer por tu país. Yo, lo tengo muy
claro.
Quién crea que esto es un paseo,
no ha entendido nada. Asumimos tanta responsabilidad que me irrita la
superficialidad o las polémicas estériles. En el Partido del Progreso sabemos
lo que queremos y hacia dónde vamos. Es muy importante no perder el rumbo, no
divagar y, sobre todo, no confundir a la gente.
Para que quede claro, lo
explicaré una vez más. Nos dirigimos a Guinea Ecuatorial. Trabajamos para
posibilitar el que eche raíces la democracia. No queremos el poder por el
poder. Vamos a participar en la construcción de nuestro país sin que nadie nos
tutele como si fuéramos menores de edad.
Sabemos que es muy complicado,
pero no es imposible.
Una mesa nacional de transición a
la democracia. Unas normas de obligado cumplimiento para TODOS. Unos organismos
que funcionen como árbitros para impedir que los violentos, intransigentes,
déspotas o mafiosos se hagan con el proceso tras la dictadura. Cabemos todos.
Se necesitan todas las manos, pero nos tenemos que dotar de unas reglas con el
compromiso de no violarlas.
Cuando pongo la televisión estos
días, me horrorizo. Los conflictos sociales azotan la Tierra. Guerras en
Oriente, dictaduras que se tambalean como la cubana; millones de desplazados
que lo han perdido todo, como en Venezuela; asesinatos y arrestos de opositores
como en Nicaragua o Méjico; elecciones fraudulentas; muerte de personas que
huyen de la miseria.
¿De verdad queremos esto para
nuestra gente?
Tenemos que hacer un esfuerzo por
superar nuestra irracionalidad. No podemos llevar la violencia, el dolor y la
brutalidad a nuestras calles.
Ahora tenemos la oportunidad de
vencer el mal con el entendimiento, el dialogo y la responsabilidad de trabajar
por nuestro pueblo. Como siempre digo: está en nuestras manos. No
desperdiciemos la oportunidad que nos brinda la historia. Trabajemos por el
bien común. Desenmascaremos a los egoístas, a los ególatras, a los corruptos y
mafiosos. Luchemos por la paz, el progreso y la democracia. Sentémonos a
trabajar por nuestra gente. Estamos hablando de nuestras familias, por favor.
Este proyecto no debe ser el negocio de nadie. Podemos empezar a construir una
sociedad en la que todos quepan. Nadie va a venir a resolver nuestros
problemas. Tenemos la obligación de entendernos y ocuparnos de nuestro pueblo.
Ojalá y lo que vemos diariamente por televisión pase de largo gracias a la
madurez de los políticos guineanos. En
serio, soy optimista y estoy seguro que lo vamos a hacer muy bien. En el
Partido del Progreso tenemos un proyecto de país.