Lunes 8 de marzo de 2021
Las imágenes son ya de por sí sufrientemente explícitas. Estamos en la era de las tecnologías y no se pueden poner puertas al campo. Muchos de los testigos de la tragedia entrevistados no salían de su estupor. Lo que ha ocurrido este domingo en Bata pasará a la historia como una más de las tragedias que sufre el maltratado pueblo guineano.
Los hechos
Una cadena de explosiones siembra el terror en un populoso
barrio de la ciudad más poblada de Guinea Ecuatorial, Bata.
Según las primeras explicaciones distribuidas por los medios
de comunicación locales, un fuego intencionado cerca del polvorín de un acuartelamiento
militar de intervención rápida ha desatado una cadena de violentos estallidos
que se ha llevado por delante muchas vidas humanas, ha causado centenares de
heridos de diversa consideración y devastado una amplia zona por causas de las
detonaciones y su onda expansiva. Al principio se reportó 17 muertos y 420 heridos hospitalizados aunque la cifra sigue aumentando esponencialmente.
Los hospitales de la capital se han visto inmediatamente
superados por la avalancha de personas que precisaban asistencia médica. La
falta de material, de profesionales y la ausencia de protocolos específicos
para atender cualquier emergencia han causado momentos de caos, de desplome del
ya de por sí precario sistema sanitario guineano. El Gobierno, en una primera
intervención pública, ha informado que iba a mandar cerca de un centenar de
sanitarios a la zona para reforzar las plantillas que están trabajando en estos
momentos. Se han lanzado llamamientos públicos para donación de sangre y son muchas las empresas que han entregado material, alimentos y ayuda diversa con la que hacer frente al dramático suceso ante la falta de recursos con la que cuenta el servicio sanitario. Los hospitales privados están recibiendo heridosderivados por los médicos de los públicos.
Aún se desconoce el número de víctimas y aunque
se ha cerrado el perímetro afectado por el siniestro, no se han habilitado, que se sepa, zonas de refugio para las personas que han perdido sus hogares o a los que se
les impide acceder a sus residencias.
Nada se sabe del número de afectados que pueden sumar muchos
más que los que cifra el propio Gobierno. El vicepresidente del país, el hijo
del dictador, Teodoro Obiang, se ha desplazado al lugar de la catástrofe
escoltado por miembros fuertemente armados de su guardia personal.
La televisión guineana emitía el domingo un programa
informativo especial sobre este supuesto accidente e insistía en que la cadena
de explosiones se debió a un fuego de rastrojos que se originó en las
inmediaciones de las casetas o contenedores en las que estaba almacenado el material
explosivo, armas y munición de esta unidad militar. El presidente de la
República a remitido un comunicado a los medios de comunicación en el que
acusa de negligencia a los mandos militares de la instalación siniestrada y les
amenaza con depurar responsabilidades. La televisión pública intenta restar
credibilidad y acusa de informaciones falsas a aquellos que especulan con las
causas del accidente.
Durante horas, tras el siniestro, se interrumpieron las
comunicaciones telefónicas lo que ocasionó una sensación de terror en la
población que no tenía manera de saber lo que estaba ocurriendo.
Las imágenes de vídeo que se han distribuidos por los
diferentes medios y redes sociales, evidencian una dramática escasez de medios
públicos para atender a los afectados. Una escasa dotación de bomberos,
soldados mal pertrechados y cientos de vehículos particulares evacuando a los
heridos era todo lo que se podía observar en el lugar de los hechos. Ni una ambulancia.
Este tipo de sucesos ponen a la vista de todo el mundo lo
que sucede en un país. La dramática situación de Guinea Ecuatorial. Siempre,
los más desfavorecidos son los abandonados por el poder. El Gobierno ha reunido
a los embajadores con sede en el país para solicitar ayuda internacional.
Algunas preguntas sin respuesta.
¿Cómo es posible que un fuego de rastrojos destruya un
polvorín en el interior de una instalación militar?
La explicación gubernamental difundida por la televisión
guineana asegura que el fuego de la maleza que alguien había recogido recalentó
un contenedor o caseta en la que se guardaba munición, explosivos y otros
materiales sensibles que estalló provocando una cadena de hasta, al parecer, siete
explosiones que terminaron por arrasar la zona afectada.
En los foros de Internet se preguntaban ¿cómo es posible que
no hubiera vigilancia militar en la zona que evitara que alguna persona hiciera
fuego cerca de un almacén de municiones?
La duda de la versión oficial es obvia. Si un pequeño
incendio puede provocar esta desgracia ¿qué no podrían hacer un grupo de
saboteadores? ¿Ha sido un atentado? ¿estaba planeado?
Nada se sabe de los afectados por las explosiones
Poco se sabe de la gente que huía del área afectada. Es un
barrio social, decían algunos en la televisión guineana, aunque también se
hablaba que dentro del cuartel vivían muchos militares con sus familias. Al
parecer, cercano a esta instalación militar hay una prisión, pero nadie ha
dicho nada al respecto. No se sabe si han perdido la vida algunos de los muchos
vendedores ambulantes que, como se ven en las imágenes de la televisión,
trabajaban en las cercanías.
Descontrol y una desoladora falta de recursos
Cientos de personas, ensangrentadas, desorientadas,
asustadas, heridas y hasta grupos trasladando algún cadáver o herido grave
deambulaban huyendo del lugar destruido. Vehículos privados, taxis, alguna
furgoneta militar auxiliaban a los que salían de allí. Pocos bomberos, ninguna
dotación de emergencias. Nada.
Las imágenes de los hospitales eran increíbles. Personal
sanitario desbordado, sin medios, sin medidas de protección, sin relevos, la gente sentada
en los suelos. Se advierte nítidamente que no existe ningún protocolo de
actuación en situaciones de accidente.
Protección Civil no existe. La recuperación de personas
atrapadas entre los cascotes de los edificios derrumbados se observa caótica, sin
organización y sin medios adecuados. Un desastre y eso que estamos hablando de
un cuartel militar que se les supone cierto grado de organización. En las
imágenes se podían ver algunos bomberos y soldados muy mal equipados. Al
parecer, uno de los vehículos de extinción de incendios se vio afectado por una
de las explosiones, pero no se sabe más.
La aparición del hijo del dictador.
El hijo del dictador, “Teodorín”, vicepresidente del
Gobierno, apareció en la zona del desastre rodeado de guardaespaldas, como
si estuviera en un escenario de guerra. Los escoltas, todos blancos, iban
armados con modernos fusiles, armas largas, en medio de la desolación. No se
aprecian imágenes del hijo del dictador interesándose por las víctimas y no se
le ve en ningún centro sanitario.
Las apariciones gubernamentales son algunas entrevistas en
directo, el amenazante comunicado del dictador, la rueda de prensa con los
representantes diplomáticos en el país pidiendo ayuda internacional y la
patética aparición del hijo de Teodoro Obiang rodeado de guardaespaldas, como
si fuera un cantante de rock.